La joya más valiosa de los mendocinos, la corona oficial de la Reina Nacional de la Vendimia, fue robada del exhibidor de la joyería que la donó en 1995, el domingo en la noche, por un boquete. Según el Diario Uno, la sustracción de esa joya valuada en unos 20.000 dólares por el subsecretario de Cultura, Fabricio Centorbi, fue un ataque sospechosamente puntual: las cámaras del local grabaron cuando un sujeto ingresó a las 5 de la mañana del domingo para sustraer dinero y otras alhajas cuyo monto ayer no fue estimado. Y 18 horas volvió para llevarse exclusivamente la corona.

Se supone que los ladrones fueron dos, aunque solo uno ingresó a la joyería ‘Vendimmia’ ubicada en San Martín al 1174. La teoría de los pesquisas es que los delincuentes ganaron primero una playa de estacionamiento, entraron luego a un local comercial en plena refacción y con las herramientas de esa obra en construcción hicieron el boquete a través del cual se abrieron paso hacia la joyería.

Una vez adentro, el sujeto buscó hasta encontrar las llaves de las cajas fuertes, desconectó una cámara que filmaba y sustrajo todo lo de valor que encontró, incluso el importante monto recaudado por la venta de unos 10 relojes de la costosa y exclusiva marca suiza Rolex, vendidos entre jueves y viernes.

Según el Diario Uno, la alarma se activó cuando ingresó el delincuente pero personal de la firma de seguridad habría llegado hasta el lugar y enseguida comunicó que no pasaba nada a los dueños. Los propios comerciantes pudieron haber descubierto el robo, pero no lo hicieron: podían ver todo con sólo activar el monitor de una computadora con conexión directa a la joyería.

El hecho que más llamaba la atención de los pesquisas era que el mismo delincuente se arriesgara 18 horas después a volver, sólo para llevarse la corona. No descartan que hubiera sido para desarmarla y vendarla por partes: tiene oro, plata, zafiros, brillantes y esmeraldas. Pero tampoco dejan de lado que la sustracción de la exclusiva joya hubiera sido una maniobra por encargo.