Una maniobra estudiada y hecha por profesionales. Otra explicación no hay porque entraron rompiendo una claraboya del techo, adentro anularon la alarma y se tomaron todo el tiempo para romper la caja fuerte con una amoladora. El golpe en la madrugada de ayer contra la sucursal del supermercado Atomo de Rivadavia fue perfecto, con decir que nadie se percató de lo sucedido si no hasta la mañana, cuando los empleados llegaron a trabajar. Ahí se encontraron con el desorden y el robo de 27.000 pesos que tenían en esa caja blindada; además de 8 celulares y 2 netbooks de un local de telefonía que funciona en el interior del salón y que también fue blando del ataque.

La Policía no establecía a qué hora se perpetró el ‘escruche’ en el supermercado de Av. Ignacio de la Roza, metros al Oeste de Meglioli. La alarma nunca sonó y la empresa que la monitorea tampoco detectó alguna falla, dijeron los investigadores.

Por las huellas encontradas, todo indica que los ladrones subieron por la construcción de una verdulería ubicada en el lado Norte y llegaron al techo del supermercado, donde rompieron la reja de una claraboya y se colaron por ese hueco al interior del salón. En algún momento fueron hasta la alarma y la desconectaron sacándole la batería, explicaron. También suponen que se descolgaron al techo de un local de Claro (que está dentro del salón) y abrieron otro boquete para bajar. De ese pequeño negocio sustrajeron 8 celulares de distintas marcas y 2 netbooks, denunció Cristina Bustos, la dueña, indicó la Policía. Después fueron directamente a la caja fuerte del supermercado. Utilizando amoladoras, abrieron dos huecos para abrir la puerta de acero. Así se apoderaron de 27.000 pesos, señaló el supervisor Luis González. En la Policía, aseguraron que en la denuncia mencionaron 24.000. No se llevaron otra cosa más que ese dinero y los aparatos del local de telefonía, y huyeron por una puerta trasera, cuyos candados rompieron del lado de adentro.