Había empezado a salir de la cárcel el 27 de julio de 2018 y siete días después, el 3 de agosto, no se aguantó: tomó una bicicleta y salió a robar. Tres ataques al hilo contra mujeres para quitarles el teléfono concretó en una sola mañana en Rivadavia y Rawson, con la misma modalidad: simular que se le salía la cadena del rodado, esperar que las víctimas estuvieran a su alcance, robarles y huir. Un primer ataque lo concretó temprano, sobre las 8 de la mañana y fue el más grave, pues empuñó un cuchillo para quitarle el teléfono a su víctima. Y ya cerca del mediodía perpetró otros dos embates, pero sólo consiguió apoderarse de un teléfono en uno de esos hechos, que fueron los últimos de aquella jornada pues terminó preso poco después. Esa vez, en Flagrancia, fue condenado a 1 año y 6 meses por robo simple y por intentar cometer el mismo delito, pero las cosas se le complicaron porque ese castigo se le unificó con el que cumplía en la cárcel por acometer contra la propiedad ajena y, en total, le fijaron una condena de 4 años y 10 meses.

Ayer, la situación de Esteban Eduardo Vera Aguirre (36) se agravó aún más, porque el juez Juan Bautista Bueno (Sala II, Cámara Penal) lo condenó a 10 años de cárcel por el robo agravado por el uso de arma blanca que perpetró contra la primera de sus víctimas en aquella agitada jornada de robos.

Fue la misma pena que le pidió el fiscal Daniel Galvani, por considerar probado que fue él y no otra persona el autor de aquel ataque, sobre todo porque la propia víctima lo reconoció en rueda de personas. El defensor oficial Daniel Angel Montiel Zelco pidió la absolución de su defendido y ahora podrá reclamar ante la Corte.

En el episodio más grave, Vera Aguirre había sacado un cuchillo para amenazar a su víctima y volver a quitarle el celular, ya que la mujer lo había derribado de la bicicleta.