Sin uniforme, ni arma ni credencial. Y, obviamente, sin asistencia a su lugar de trabajo. Esa consecuencia inmediata le acarreó a 8 agentes de la última camada nombrada (284 designados el 30 de marzo de 2010 por expediente 206093/10.) la suspensión que se les impuso en la Policía luego de que el jefe de la fuerza, Miguel González, los denunciara y pidiera investigarlos por hacerse nombrar presentando títulos truchos del secundario, dijeron fuentes policiales.

Los 8 sospechosos de falsificar documentos y cometer un fraude contra el Estado son cuatro hombres y cuatro mujeres que así se suman a otros dos agentes investigados desde julio del año pasado, cuando Miguel González ordenó chequear su documentación y en el cruce de datos con el Ministerio de Educación saltó que las calificaciones y la aprobación del secundario correspondían a otra persona.

En uno de esos casos se confirmó que quien había aprobado el secundario era la pareja del agente nombrado. Y en los demás se observó la misma modalidad fraudulenta: poner datos propios en el certificado analítico aprobado de otra persona, dijeron las fuentes.

Con la denuncia de esos dos casos iniciales se pudo establecer que habían otros bajo sospecha pero fue recién en febrero que desde Educación confirmaron otros 8 situaciones más de posibles delitos y entonces el jefe de policía lo hizo saber en la Justicia.

Luego de la denuncia, la fiscal María Teresa Ravetti le pidió al juez Agustín Lanciani que el caso comience a investigarse. Y una de las medidas previas solicitadas antes de avanzar sobre posibles imputaciones, fue recabar datos certeros de los agentes bajo sospecha sobre su situación escolar, es decir determinar con pedidos de informes a Educación o a las escuelas si realmente terminaron o no el secundario.

A raíz del escandaloso caso, entre la Policía y Educación se acordó que desde ahora en más habrá un cruce de datos sobre cada sujeto que aspire a ser miembro de la fuerza.