Se supone que ya habían bajado otras veces a esa pileta. Antes había sido un depósito de vino de esa antigua bodega, pero desde que funciona el corralón supuestamente lo utilizaban como un silo de granos de sorgo. La versión policial dice que un obrero entró a sacar una muestra, pero parece que no tomaron recaudos. Un fuerte y tóxico olor lo desmayó. Otro empleado quiso rescatarlo y también cayó inconciente. Los dos después fueron auxiliados por la policía, pero no corrieron la misma suerte. Uno llegó muerto al hospital Rawson, su compañero logró sobrevivir.

Fue una muerte inesperada y silenciosa la que tuvo la noche del jueves Arturo Osvaldo Illa, de 42 años. Lo confirmó la autopsia, la causa de su deceso fue producto de una intoxicación aguda con algún gas que inhaló dentro de ese depósito subterráneo en esa propiedad de calle 14, a metros de Aberastain, en Pocito. El predio era antiguamente una bodega, pero ahora funciona el "Corralón Iberia", de Jorge Sirera, dijo la policía. Illa era empleado en ese negocio. Otro que trabajaba ahí era Luis Marcelo Luna, de 26 años, quien aparentemente hacía changas de vez en cuando, según la policía.

Los efectivos de la Seccional 7ma. de Pocito establecieron que en la parte trasera del corralón tenían almacenado sorgo en una de las piletas o depósitos subterráneos, de 2,50 metros de profundidad con una boca circular -de cerca de 1 metro de ancho- en la parte superior. Antes eso era ocupado para el vino.

Según la versión policial, el jueves pasadas las 20, aparentemente, Luna fue a ese depósito a sacar una muestra de granos. Parece que Illa lo acompañaba, pero solo Luna bajó por la pequeña escalera colocada en la entrada. Hasta anoche, fuentes del caso decían que supuestamente no llevaba máscara ni otro elemento de seguridad. Se cree que a poco de descender, el muchacho empezó a respirar los gases y se desvaneció, comentaron los policías. Suponen que Illa lo vio y se metió a rescatarlos, pero también perdió el conocimiento. La hipótesis es que el depósito estaba lleno de gases tóxicos, originados posiblemente por alguna sustancia o la propia descomposición del sorgo.

El comisario inspector Oscar Riveros, jefe de la Seccional 7ma., contó que en teoría primero estaban los dos obreros solos y después apareció Sirera, que llamó a la policía a las 21 pidiendo ayuda. A los minutos, llegaron los efectivos de la comisaría y los bomberos que estaban trabajando en las cercanías y rescataron a los dos empleados para llevarlos en ambulancias. El más grave era Illa, quien murió camino al Hospital Rawson. Su fallecimiento se confirmó pasadas las 22.

Luna, por suerte reaccionó. Fue asistido con respirador y estuvo internado hasta la mañana de ayer, cuando le dieron el alta y regresó a su casa en barrio Doctor Ortega, Rawson. Su mujer contó que él no sabía que el otro empleado había muerto, ni siquiera se acordaba de lo sucedido porque estaba shockeado.

Illa vivía sobre la misma calle 14, a no más de 200 metros del negocio donde trabajaba hace más de 5 años. Era casado y no había podido tener hijos. Su familiares y vecinos lo recordaban como un tipo trabajador, un luchador que solo había levantado su casa.