El Norte provincial sufrió un doble impacto, con sensaciones opuestas, por siniestros viales en un lapso de apenas ocho horas durante el fin de semana. La peor de las noticias sucedió en la madrugada de ayer, cuando un policía murió en Jáchal luego de estrellar su auto contra un árbol. Y la otra, que fue la contracara, fue el increíble episodio en que otro policía se salvó de milagro tras un vuelco en el que su vehículo quedó totalmente destruido, en Albardón.

El hecho luctuoso ocurrió alrededor de las 6 de la mañana de ayer, en la localidad jachallera de Tamberías. A esa hora, un estruendo despertó a algunos vecinos de la zona del Club Andacollo. Un Gol Trend que circulaba por la calle Eugenio Flores pasando Lobos, aparentemente a alta velocidad y con dos parejas a bordo, impactó muy violentamente contra un eucalipto. Según algún testigos, incluso, el vehículo circulaba con la música "a todo volumen" al momento del siniestro.

El choque fue tan fuerte que las cuatro personas fueron trasladas al Hospital San José, de la cabecera de Jáchal. Y allí es donde falleció Carlos Alfredo Páez, un joven policía de 28 años, padre de dos nenes pequeños. Páez, oriundo de la localidad jachallera de Gran China, cumplía tareas en Calingasta. Y anoche seguían las investigaciones de los peritos para determinar qué había llevado a que el conductor perdiera el control y terminara impactando contra el árbol.

El otro caso, de final opuesto, había sucedido alrededor de las 22 del sábado en la localidad albardonera de Las Tapias. Por algún motivo que también está bajo investigación, el auto en el que se trasladaban el policía José Alejandro Urquiza (51) y toda su familia dio un vuelco tremendo y quedó destruido. Pero de puro milagro se salvaron todos, no sólo el uniformado sino además su esposa y los cuatro chicos, de entre 1 y 8 años, quienes afortunadamente apenas salieron con lesiones leves del siniestro vial.