Culto kimbanda y fanatismo satánico son los condimentos que alientan la línea de investigación de cómo asesinaron a la sanrafaelina Fernanda Pereyra, la joven embarazada de Rincón de los Sauces, Neuquén, que incineraron en una hoguera armada con palos, cubiertas y combustible.

 

Tras una ardua pesquisa, los investigadores llegaron a un inquilinato ubicado en calle Rioja, donde vivían Luciano Hernández, el ex de Fernanda, y Osvaldo Castillo, dos de los tres detenidos por el crimen.

 

 

En la primera habitación había un santuario con música tétrica, plagado de velas, figuras satánicas, una calavera, santos paganos como San La Muerte y una entidad a la que se veneraba: el Destranca Rua.

 

El fanatismo se terminó de confirmar cuando Castillo fue identificado y observaron sus tatuajes. En el pecho tenía inscripto "Destranca Rua" y luego por el torso y en los brazos aparecían tridentes, mujeres en llamas, el sacrificio de un recién nacido rodeado por el fuego y figuras demoníacas.

 

Fuente: LMNeuquén