Tuvo la misión de cubrir la mayoría de las audiencias del histórico primer megajuicio por delitos de lesa humanidad. Como cazador de noticias, el periodista de DIARIO DE CUYO, Claudio Leiva, aceptó la invitación para conversar con Jorge Olivera y Gustavo De Marchi, dos pesos pesados del aparato represivo de los años de plomo en San Juan, durante una pausa del debate. Pero lo que pintaba para una entrevista, terminó con una amenaza de De Marchi. En un nuevo aniversario del golpe y luego de que llenara páginas sobre cada instancia del proceso judicial contra los represores, Leiva recordó el hecho, señaló que la fuga de los dos implicados generó preocupación tanto para él como para los testigos y víctimas.



- ¿Cómo se dio el contacto con Olivera y De Marchi?

Durante el receso de una de las audiencias, observo que Jorge Olivera comienza a hacerme señas. Me acerco y me pregunta si él y De Marchi podían hablar conmigo porque tenían documentación que querían aportarme y le respondí que sí. Los acompaño hacia un sector donde estaban los sanitarios.

- ¿Qué pensaba cuando recorría ese trayecto?

- Para todo periodista era importante hablar con el principal acusado del juicio. Pensaba qué noticia puedo obtener, qué me pueden dar. La expectativa de todo periodista por ver qué se puede conseguir.

"Tras la fuga de Olivera y De Marchi, me ofrecieron custodia, pero no la acepté".

Aniversario del Golpe del '76

#AniversarioDelGolpeDel76El periodista de DIARIO DE CUYO Claudio Leiva, especialista en cubrir juicios de Lesa Humanidad, cuenta el día que fue amenazado por un represor

Posted by Diario de Cuyo on sábado, 24 de marzo de 2018



- ¿Y qué sucedió cuando ingresó al lugar?

- Olivera quedó atrás y cerró la puerta. Ahí empecé a preocuparme. Pensé ¿qué estoy haciendo? ¿En qué me metí? Era gente que está acusada de haber desaparecido personas, matar gente. Traté de mantener la calma. Entonces, Olivera se dirige a un sanitario y me quedo hablando con De Marchi. Me dijo que me querían dar información, ubicaban que soy periodista de DIARIO DE CUYO y esperaban que lo reflejara. De repente, colocó su mano derecha en mi hombro y presionándome levemente me dijo, palabras más palabras menos, sé quien sos, vos tenés familia, yo en algún momento voy a salir de acá, de vos depende que esto salga o no.

- ¿Pensó en su familia?

- En ese momento, ellos estaban detenidos, fue un mal recuerdo, pero más o menos quedó ahí. Hablé con el entonces fiscal Mateo Bermejo y me dijo que hiciera la denuncia por amenazas y así lo hice. La preocupación mayor vino después...

- ¿Con la fuga de Olivera y De Marchi?

- Sí. Cuando termina el juicio, en 2013, casi al mes, Olivera y De Marchi se fugan. Me preocupé por mi familia y por mí. Nadie sabía dónde estaban y si iban a buscar represalias con los testigos del juicio que los había incriminado y conmigo que los había denunciado por la actitud que habían tomado. Había mucho temor entre los testigos y las víctimas. Fue una situación difícil y angustiante.

- Conociendo lo que pasó, ¿volvería a hacer lo mismo para buscar una nota?

- Sí, quizás con alguna precaución. Porque lo que uno busca siempre es tener una primicia. Es el trabajo que hago desde hace 30 años.

- Hay prueba abundante de que esta gente cometió atrocidades y mientras eran juzgados se dieron el lujo de lanzar una amenaza, ¿revela que aún se creen impunes y con poder?

- Me da esa sensación. Hay represores que todavía creen que tienen mucho poder. Si bien es cierto que para fugarse contaron con apoyo y recursos, también es verdad que se está haciendo Justicia con ellos.