Los domingos, las reuniones familiares y de amigos están a la orden del día ¿Y qué mejor que sorprender a los seres queridos con una buena pasta casera? ¡No hay quien se le resista!

Según la chef sanjuanina Gabriela Noroña, si de estas ocasiones se habla, la lasaña es el plato indicado…  Una como Dios manda precisa varios y buenos ingredientes, sí, pero es riquísima (sea que la hagan rellena de verduras, de ricota o de jamón y queso) y además, la especialista asegura que es muy fácil de hacer -¡con masa y todo!-, que rinde un montón y, lo mejor de todo, no falla nunca (¡Ah!, y claro que se puede hacer cualquier día de la semana, el domingo es solo una excusa).

‘Muchas veces le tienen un poco de miedo, pero la verdad es que en un abrir y cerrar de ojos se pueden hacer platos tremendos’, aseguró Gabriela a DIARIO DE CUYO. Pues entonces… ¡manos a la harina!

El término lasaña proviene del griego “lasanon”, que a su vez procede del latín “lasanum”, los cuales hacían referencia al recipiente donde se cocinaba este tipo de pasta en láminas

 

¿Qué vas a necesitar para una lasaña de jamón y queso, de 8 porciones? 

Para la masa:

  • 500 gr de harina 0000
  • 5 huevos
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 20 gr de sal fina

Para la salsa boloñesa:

  • 500 gr de carne molida especial
  • 1 cebolla mediana
  • 1 zanahoria
  • 1 Kg de tomate perita
  • 1 puré de tomate
  • 1 hoja de laurel
  • 250 cc de vino blanco
  • (opcional, pimiento y ajo)

Para la salsa bechamel:

  • 40 gr de manteca
  • 2 cucharadas de fécula de maíz
  • 300 cc de leche

Para el relleno:

  • 300 gr de un buen queso cremoso
  • 200 gr de jamón cocido

Para gratinar o espolvorear en la mesa:

  • Bastante queso rallado

 

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La chef sanjuanina Gabriela Noroña

Los consejos de la chef

  • Hacer la masa es tan simple como disponer los ingredientes en el centro de la corona de harina y mezclar suavemente hasta integrar bien. Solo se necesita amor, paciencia y dejarla descansar un buen rato antes de amasarla.
  • Ya está claro que la masa de lasaña debe ser masa de pasta, no de panqueque, aclara Gabriela. Y tiene que estar bien estirada, finita, porque al cocinarse -marcó- aumenta un poco su espesor. Aquí Gabriela comparte un truquito: Antes de armar la lasaña, precocinar las masas en agua hirviendo, un ratito. No aconseja poner la masa cruda en el horno, menos aún si salió un poco más gruesita que lo indicado. ‘Así se hidrata bien. Si no, quedará dura o muy seca’.
  • Una buena boloñesa se cocina al menos 2 horas, ‘aunque no lo crean’, apunta la chef. La carne tiene que ser molida, no picada a cuchillo. ¿Y el tomate? ¿Natural o conserva? Ambos. El tomate fresco picadito, junto con una cebollita, zanahoria y, si se quiere, pimiento y ajo. Agregarle el vino blanco seco,  el puré de tomate y dejarlo cocinar, siempre vigilando y corrigiendo el líquido, para que quede un poquito espesa pero no se reduzca tanto.
  • El armado es simple, capa sobre capa: Un poco de boloñesa en la base y armar la torre: masa, jamón y queso, salsa blanca, salsa boloñesa y repetir (tienen que ser capas generosas). Se termina con una capa de salsas,  un buen quesito rallado y a gratinar. Y si nunca es suficiente queso rallado, se le puede agregar más fuera del horno.

Ahora sí, a prepararse para recibir los aplausos ¡Y buen provecho!

Un poco de historia

El origen de la lasaña se remonta al siglo I d.C. y fue Apicio, un gastrónomo romano y supuesto autor del libro de recetas en latín “De re coquianaria”, quien se refirió por primera vez a la receta de la lasaña, aunque no era exactamente como la conocemos ahora. Describió un plato formado por láminas finas de pasta, rellenas de carne y cocinadas al horno que denominó “lagana”.
No obstante, el filósofo romano Cicerón ya mencionaba su pasión por el “Lagum”, un plato muy similar elaborado a partir de tiras largas de pasta. En la Edad Media numerosos escritores también hicieron referencia a la lasaña en sus obras.
Sin embargo, todo parece indicar que el origen de la lasaña tal y como la conocemos en la actualidad data de 1316.
Cuando los ingleses se auto-adjudicaron el plato en un diario londinense, indicando que la primera mención documentada de la lasaña fue en un libro de recetas de 1390 dedicado al monarca Ricardo II, las autoridades italianas aportaron evidencia de que la auténtica creadora de la lasaña fue Maria Borgogno, quien en 1316 ya elaboraba su propia receta, muy parecida a la que conocemos hoy.
La lasaña, en origen, incluía capas alternadas de pasta y queso, según la describió Francesco Zambrini en el “Libro di Cucina” en 1863. La receta original se enriqueció con la inclusión del tomate en la cultura gastronómica popular. De hecho, la primera receta de lasaña con tomate data de 1881, que apareció en el libro “Principe dei cuochi o la vera cucina napolitana”, de Francesco Palma (Fuente: lacocinera.es)