En las mañanas de invierno, la temperatura exterior hace que levantarse de la cama se convierta en una misión imposible. Por eso, nada mejor que un desayuno caliente y nutritivo.

Está comprobado que, para afrontar las bajas temperaturas, lo más recomendable es aportar a nuestro organismo todas las calorías que necesita, con la finalidad de mantener la temperatura corporal. Para sacarle el máximo provecho al desayuno, es importante que cuides su composición y prestes mucha atención a los alimentos que vas a ingerir tras el largo periodo de ayuno nocturno.

La ausencia de micronutrientes en el desayuno no se puede compensar con ninguna otra comida del día, por ello, lo ideal es que tu desayuno cubra el 25% de tus necesidades energéticas diarias, y debe estar compuesto por una bebida caliente, una fruta, un lácteo y cereales o pan.

* La bebida caliente es imprescindible

Existen una infinidad de bebidas calientes ideales para comenzar el día. Las infusiones, la leche caliente con cacao o el café se pueden convertir en los acompañantes perfectos para cualquier desayuno. Lo cierto es que, además de ser deliciosas opciones, las bebidas calientes no solo favorecen la hidratación, sino que también te ayudarán a entrar en calor rápidamente.

* La fruta es tu gran aliada

En jugo o entera, es fundamental incluir siempre frutas en tu desayuno. Aunque en invierno las opciones de fruta son un poco más reducidas que en verano, podés optar por naranjas, mandarinas, kiwis, manzanas o bananas. Las frutas ayudan a reforzar el tono muscular y son ricas en fibra, vitaminas, micronutrientes y antioxidantes. Además, refuerzan el tono muscular.

* No te olvides de los cereales y el pan

Su importancia radica principalmente en que estos alimentos te proporcionan los carbohidratos que necesitas cada mañana. La cantidad de pan y cereales indicados para ingerir por las mañanas dependerá tanto del sexo como de las actividades diarias de cada persona, ya que mientras más actividades realices, más carbohidratos deberás ingerir a primera hora.

Cuantas más actividades realices durante el día, más carbohidratos deberías ingerir en las primera horas.

* Por último pero no menos importantes, los lácteos

La gran popularidad de los lácteos proviene de su alto valor nutritivo, y por supuesto, ¡debido a su delicioso sabor! La leche, los yogures y el queso contribuyen a los aportes de calcio necesarios para una salud ósea plena, y además, proporcionan una cantidad de proteínas justas y de muy buena calidad para nuestra salud.

El yogur con cereales es una opción rápida, deliciosa y nutritiva para tu desayuno.

Recuerdá que nunca debés saltarte el desayuno, porque gracias a él contarás con la energía suficiente para desempeñar satisfactoriamente las actividades de tu día a día. Si contás con poco tiempo, optá por desayunos sencillos y llenos de nutrientes como es el caso del yogurt con cereales o el pan con una rebanada de queso, acompañados siempre, por supuesto, de una bebida caliente y una fruta.