"Una persona que cursa una depresión pierde categóricamente la voluntad, comprendiendo que debiera realizar sus obligaciones, pero no teniendo impulso para realizarlas.

Esto genera un círculo negativo, que aumenta los sentimientos de culpa, la irritabilidad e incluso propicia las ideas de muerte", explicó Federico Banco, médico especialista en Psiquiatría que se desempeña en la Clínica Alvear y en el Servicio de Psiquiatría del Hospital Marcial Quiroga.

En este marco, la familia como factor terapéutico en el tratamiento de la depresión resulta fundamental.

En medio de la experiencia de desconcierto, estrés e impotencia ante el sufrimiento en el que se debate la persona querida, se convertirá en un valioso instrumento para ayudar a una persona con depresión. 

"Quien padece una depresión es consciente de su malestar pero no puede manejarlo, es por eso que el apoyo de la familia será parte fundamental del diagnóstico y del tratamiento. Hay que motivar al enfermo a que consulte y evitar juzgarlo por su comportamiento", subrayó Banco. Resulta fundamental entonces mantener el temple, controlar la ansiedad y actuar según las pautas que indican los profesionales. A continuación se detallan algunas de las indicaciones sugeridas por el especialista.

1 Acudir a un profesional. La depresión es una enfermedad grave y la intervención terapéutica no puede dejarse en manos de aficionados. Hay que persuadir a la persona afectada con tacto y delicadeza, que precisa de la intervención de especialistas en psiquiatría o psicología.

2 Ser claro y sencillo. Quien padece una depresión es consciente de su malestar, pero no puede manejarlo. Hacerle propuestas claras y sencillas, dejando el espacio también para que ese malestar se manifieste, se procese y se pase.

3 Prestar atención a los pensamientos, especialmente estar atentos a los pensamientos suicidas. La persona abiertamente puede expresar que se quiere morir o darlo a entender de manera indirecta con comentarios como "quisiera dormir y no despertar" o "si es para estar así, para qué estar".

4 No hay que agobiar a la persona que sufre el problema. El depresivo no necesita de recomendaciones ni de constantes invitaciones a que levante el ánimo, necesita de personas empáticas que no lo juzguen, que le muestren comprensión y que sencillamente sepan estar a su lado. 

5 Cuidarlo y cuidarse. La depresión tiene tratamiento pero convivir con un depresivo no es fácil, es un desafío para el que hay que prepararse y protegerse. Hay que atender y ayudar al ser querido, pero sin que se descuide al resto de los integrantes de la familia.