Hace un par de años, la Municipalidad de Valle Fértil anunció dos proyectos para estimular el turismo en Chucuma y generar fuentes de trabajo: hacer un arco de bienvenida en la entrada del pueblo, e incluir este poblado en la Ruta del Artesano. Pero hasta el momento, ninguno de los dos se concretó.

-¿Qué pasó con estos proyectos?

-Siguen en marcha. Lo que pasa es que hay otras prioridades que atender. Desgraciadamente hay otros pueblos que también están atravesando por una situación angustiante. Y tratamos de darle solución a las necesidades más urgentes, y cuya resolución lleva tiempo y dinero.

-¿O sea que Chucuma debe seguir esperando ayuda?

-Siempre los ayudamos. Les hemos colocado un colectivo para que traslade gratis a los chicos hasta la escuela albergue en San Agustín, y hemos contratado a 12 vecinos para que trabajen allí. Ahora estamos trabajando para dotar de agua potable a las 35 familias de Baldes de Astica y a las 30 de Baldecitos. También estamos viendo cómo ayudar a los productores caprinos en su lucha contra los pumas, que les comen los animales.

-Los vecinos de Chucuma también se quejan de que no recibieron apoyo en proyectos personales, como la creación de un vivero de cidra.

-Lo tenemos en cuenta. Lo que pasa es que queremos abrir una fábrica de dulces y otros alimentos que se haga con esta fruta para poder comercializarlos sin tener problemas con el control fitosanitario. Para ello estamos buscando el apoyo del Ministerio de Producción. Si logramos este objetivo, podríamos fomentar la plantación de cidra.

-¿Cuál es su mensaje para la gente de Chucuma?

-Que el municipio no se olvida de este pueblo, y que le encantaría tener todos los recursos para ayudarlo a salir adelante. Que no se desespere y que siga luchando porque no vamos a dejar que desaparezca.