El costo inicial de un artefacto eléctrico es bastante más bajo que uno que funciona a gas. Mientras que una estufa halógena se consigue en cualquier ferretería sanjuanina entre $120 y $200, un calefactor tiro balanceado oscila entre los $660 y $1.100 dependiendo las prestaciones y fundamentalmente la marca. Excepto el aire acondicionado -los frío-calor de 3.000 frigorías superar ampliamente los $2.400-, cualquier otro artefacto que se alimenta con electricidad es más barato. Un viejo dicho expresa que “lo barato sale caro” y en este caso algo de eso hay. Porque un caloventor o un radiador de aceite cuando se rompe, por lo general se tira, y sin embargo un calefactor goza de una vida útil mucho más prolongada y además sus marcas clásicas tienen repuestos económicos.

Lo más barato en gas son las pantallas, pero no están autorizadas por Enargas aunque en muchos hogares todavía se utilizan. Consultados algunos comercios locales sobre la tendencia de venta en esta temporada, todos coincidieron que las estufas halógenas y los caloventores son la vedette ¿Por qué? La conveniencia del precio.

Es fundamental observar la clasificación de eficiencia energética en los casos de equipos de calefacción por energía eléctrica (ej: splits de pared frío/calor), teniendo en cuenta que la letra A indica la mejor eficiencia y la G la menor. En los casos de equipos de calefacción a gas, deberemos observar el consumo de kilocalorías de calefacción entregada.

Pero además del precio, hay que saber elegir el artefacto: cuando se decide calefaccionar un ambiente, primero hay que saber cuánto mide, si tiene muchas aberturas (puertas y ventanas) y si el techo tiene algún aislante térmico. Por ejemplo, si es una habitación donde sólo en la noche se enciende el calefactor o la estufa, es importante saber que no debe haber un exceso en la cantidad de calorías porque puede sofocar. Lo más complejo es elegir un calefactor para un lugar donde hay mucho tránsito y las puertas se abren varias veces con la lógica pérdida de calor en su interior. En ese caso, no hay que exagerar y pretender sobrecalefaccionar.