La cumbre extraordinaria de Unasur terminó ayer con una amenaza de plantón de los países suramericanos a la Cumbre UE-América Latina si la Unión Europea mantiene la invitación al presidente hondureño, Porfirio Lobo, para la cita de mayo. Tras un denso debate sobre la situación en Honduras, que acaparó buena parte de la reunión, el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, anunció que transmitirá a su par español, José Luis Rodríguez Zapatero, el “malestar” de la mayoría de los socios del bloque por la invitación a Lobo. “De asistir el Gobierno de Honduras, nosotros no podríamos asistir a esta Cumbre ya que no lo consideramos un gobierno legítimo”, afirmó Correa en una rueda de prensa al término de la cumbre. La invitación al conservador Porfirio Lobo a la Cumbre convocada en Madrid para los días 17 y 18 de mayo “ha creado mucho malestar en la región y me han encomendado, en mi condición de presidente pro témpore, hablar con nuestro amigo José Luis Rodríguez Zapatero, en los términos más comedidos”. “Se ha cometido una ligereza al invitarlo (a Lobo) sin consultar a los Gobiernos de la región”, denunció, porque “no se puede minimizar la ruptura institucional de Honduras”.