Carpas, receptores satelitales, computadoras portátiles y cables se entremezclan en el jardín de un hotel colapsado a medias en Haití donde reporteros escriben, gritan por el teléfono, maldicen cuando un generador se apaga y corren a la piscina con cada réplica. Cientos de reporteros, fotógrafos y equipos de televisión llegaron a Haití tras el sismo del 12 de enero, que causó la muerte de hasta 200 personas en la nación más pobre del Hemisferio Occidental. Muchos ocupan la misma ropa sucia todos los días, enjuagan su ropa interior durante un chapuzón de tres minutos en un baño compartido y duermen lejos de los muros debido a las constantes réplicas. Utilizar los agrietados baños del sótano del hotel es estresante. En el centro de Puerto Príncipe, otro colapsado hotel que alberga a prensa extranjera carece de agua fresca, así que los periodistas se enjabonan con su ropa interior en una piscina. Otros acampan en la pista del aeropuerto donde pueden conseguir mejores conexiones a internet con grandes discos satelitales. Viven de galletas, mantequilla de maní y raciones del Ejército, utilizan baños putrefactos y duermen poco mientras los aviones del Ejército transitan y camiones de asistencia descargan cajas de alimentos. “La piscina ha sido una gran ayuda para nosotros, todos nos hemos estado bañando en ella. Todas las mañanas nos paramos a su alrededor y realizamos nuestras abluciones: ellos simplemente echan una carga de cloro cada día para limpiarla”, comentó el corresponsal de Sky News Robert Nisbet, quien se hospeda en el hotel Oloffson. Ante la desesperada situación del empobrecido país carente de infraestructuras, muchos reporteros admiten haber llorado. Gran parte de ellos han entregado vendas, cremas antisépticas, agua, comida o dinero a víctimas del terremoto y varios más han intervenido para salvar vidas. Cada noche, fotógrafos se sientan alrededor de la piscina a editar potentes imágenes en sus computadores personales. Todos trabajan hasta colapsar. Los reporteros se esfuerzan por escribir historias que generen asistencia y traigan médicos, mientras intentan confortar a las víctimas.
