Kilómetro 81 de la Ruta 40. Nueve de la mañana del domingo 11 de septiembre de 1966.Datos de espacio y tiempo de un momento por demás histórico, en el que San Juan y Mendoza pusieron punto final a una disputa centenaria por la demarcación limítrofe, que quedó establecida tal cual marca la infografía de aquella época reflejada en DIARIO DE CUYO.

 

El significativo acuerdo se gestó un año antes, más precisamente el 7 de julio del ’65, cuando Leopoldo Bravo y Francisco Gabrielli, gobernadores de San Juan y Mendoza, respectivamente, suscribieron un protocolo por el cual ambas provincias establecían un “status quo” (conjunto de condiciones que prevalecen en un momento histórico determinado) que luego fue ratificado por las legislaturas de ambas provincias.

Aquel documento disponía la designación de una comisión de límites con tres miembros por cada provincia y otorgaba el plazo “improrrogable” de un año para que se expidiera sobre los puntos en litigio. El tiempo pasó y, luego de algunos cuestionamientos de diferentes instituciones, San Juan y Mendoza acordaron sus límites en paz, que por cierto perduran hasta el día de hoy.

Aquella mañana del domingo 11 de septiembre de 1966, justo en el Día del Maestro, quedará marcada a fuego en la historia cuyana. Los gobernadores Edgardo Gómez y José Blanco, de San Juan y Mendoza, respectivamente, se reunieron junto a sus ministros en el kilómetro 81 de la Ruta 40 y estamparon sus firmas en un acuerdo que dejaba atrás diversos conflictos en más de 100 años.

 

Gómez y Blanco, los mandatarios de aquel entonces

 

El acto, tildado por la prensa de aquel entonces como “una demostración de diálogo, comprensión y solidaridad”, tuvo una logística por demás interesante. Hubo gran cantidad de efectivos policiales de seguridad, de tránsito y también de la banda militar del Liceo General Espejo de Mendoza. Allí, en el kilómetro 81, se levantó un puente que marcó el hito de los flamantes límites, donde a su vez se fijó un cartel que indicaba las respectivas jurisdicciones provinciales.

Al costado Este del mencionado puente, colocaron una carpa de campaña, donde se efectuó la ceremonia. Hubo una multitud, pero no todas las personas lograron ser testigos directos de semejante hecho. En el interior de la improvisada carpa hubo un escritorio con un jarrón que contenía un ramo de claveles. Allí, el ministro de Gobierno de Mendoza abrió su portafolio y sacó dos copias del documento que posteriormente  firmaron ambos mandatarios provinciales.

El momento más esperado: la firma del acuerdo

 

“Hemos firmado un hecho trascendental para la vida de neustros pueblos, un hecho que parece estar signado por los principios de la Revolución, inspirados en unir a los argentinos. Hemos dado el paso inicial para solucionar un viejo diferendo que, si nunca llegó a ser enojo para nuestros pueblos por la tolerancia mutua que privó en ellos, no debía quedar eternamente postergado”, fueron las palabras del por entonces gobernador sanjuanino Edgardo Gómez.

Los gobernadores de San Juan y Mendoza descubrieron el señalizador limítrofe

Después fue el turno del discurso del mandatario mendocino José Blanco y luego llegó el turno de un brindis silencioso y expresivo que cerraba un acuerdo largamente esperado por ambas provincias.

El mensaje que ese mismo día envió el presidente Juan Carlos Onganía

“Nos congratulamos que el acto de la firma de la convención de límites entre San Juan y Mendoza se realice en una fecha tan significativa (Día del Maestro) y que en ella se supriman divergencias, aunque sean secundarias. Cuyo, por derecho histórico, es un ejemplo para esta nueva etapa en que las integraciones regionales son la base para la gran transformación en que está empeñada la Revolución Argentina”.