El frío de la madrugada se hacía sentir y ya los niños se habían dormido sobre las faldas de los padres. Entre paellas, brindis y los bises de los artistas, la noche había avanzado rápidamente, al punto que muchos no se habían dado cuenta de que eran casi las cuatro de la mañana cuando comenzó la esperada quema del ninot, en las Fallas Valencianas 2011. A esa altura ya quedaban unas 2.000 personas, de las 2.700 que asistieron al Centro Valenciano, que sintieron el abrasador calor de la hoguera y se emocionaron con un impagable show de fuegos artificiales, que duró 10 minutos.

Las Fallas Valencianas 2011 se hicieron en la noche del viernes pasado luego de la suspensión por mal clima el día 12. Y aunque la tradición invita a quemar el ninot a la medianoche, en general suele hacerse un poco más tarde. Sin embargo, los asistentes no recordaban en los últimos años una quema cerca de las 4 de la mañana, una demora que obligó a muchos a tener que retirarse antes. Igual, para los que se quedaron, la fiesta fue total, con un muy buen marco de público y una seguidilla de buenos espectáculos en el escenario.

La primera emoción fuerte de la noche fue la presencia de la Banda de Música de la Policía en la procesión de la Virgen de los Desamparados y San José. Y es que la última vez que estuvo la Banda fue en 1996 y, como regalo, los policías prepararon canciones típicas de la comunidad, como Valencia, España Cañí, Paquito Chocolatero y el himno a Valencia, todas cantadas por la Coral del Centro Valenciano y la Coral Cuyum. "A más de uno se nos cayó una lágrima con estas canciones", confesó un emocionado Francisco Caputo Segura.

Luego vino la presentación de la nueva Fallera Mayor, María Natalia Recabarren (28), quien sucederá a Marcela Palonés (actualmente se encuentra en España representando a San Juan en las Fallas de Valencia). Natalia, cuyas raíces valencianas son de sus cuatro bisabuelos, es profesora de Matemáticas, se casó hace poco y confesó que desde hacía un tiempo buscaba ser elegida Fallera Mayor.

Este año, el tema de las fallas fue "Al encuentro de un sueño", en recuerdo a los inmigrantes que atravesaron el Atlántico para llegar a la Argentina y en homenaje a Sarmiento, que promovió la llegada de visitantes al país. Por eso, el ninot fue la representación de un barco con una familia valenciana a bordo. "Ya me han dicho en broma: "Ahí va el José con sus padres". Y la verdad, ver este ninot me trae muchos recuerdos de las conversaciones con mis papás, porque así llegamos a la Argentina", contó José Amposta Olivares (63), uno de los pocos integrantes de la comisión directiva del Centro Valenciano que nació en España. "Yo era muy chico cuando mis padres escaparon de la pobreza. Arribamos al puerto de Buenos Aires un 22 de mayo de 1950 y el 24 ya estábamos en San Juan. Mi papá era gráfico y trabajó en el diario Tribuna. Y lo que es la vida, si bien nací en España soy un sanjuanino más, pero mis tres hijos hoy viven en Valencia. Nos quedamos solos con mi esposa, porque decidimos que de acá no nos vamos más", contó José, al lado del ninot.

La madrugada avanzaba y por el escenario ya habían pasado el Instituto de Danzas del Centro Valenciano, el ballet de Gerardo Lecich, Alas y Raíces, Aire Flamenco y el Dúo Díaz Heredia, con impecables performances. Entonces, con un aperitivo de fuegos de artificio comenzó la quema del ninot principal y de los ninots pequeños del Taller Fallero Infantil, que por segundo año consecutivo fueron parte del acto central. Y luego, el impactante cierre con los fuegos artificiales.