El estudio de la consultora contratada por el Fondo, señala que el 75% de los vinos vendidos en góndolas y almacenes, es tinto, 64% en tetra y 34% en botella. Es el gran factor de demanda. Justamente, según los datos del propio INV, es el tinto el que se calcula faltará en San Juan en el devenir de la temporada y andará muy justo en el total de existencias regionales del asediado tinto. Esto explica las tensiones en el mercado y las subas en los precios del tinto medio a granel, que ya ronda como base $1,40 y $1,50 por litro, para un tinto de 450 o 500 unidades de color. A esto se suma ahora la exigencia de que para comercializar un tinto como tal no puede envasarse con menos de 500 unidades de color (con un 10% de tolerancia). Temerosos de que los precios salten a la estratósfera y eso derrumbe el consumo final -el tinto es el más vendido- en las cámaras regionales ya piden estudios para el replanteo de las exigencias básicas respecto del color base de comercialización.
