Mercedes Tapia fue una de las primeras en llegar a la Parroquia de Trinidad, en Capital. Madrugó para, por primera vez, llevar a sus tres hijos a ver el Vía Crucis de los niños. Se realizó ayer en la mañana, alrededor de la Plaza Almirante Brown y, en esta ocasión, contó con la presencia de más de 100 chicos entre el público y que hasta colaboraron para que el evento se desarrollara sin contratiempos. Ayer también se realizó un Vía Crucis en el Penal de Chimbas, encabezado por monseñor, Jorge Lozano.

La cita era a las 9.30, pero los chicos comenzaron a llegar 15 minutos antes, acompañados por sus padres, hermanos mayores o abuelos. Es que no quisieron perderse ninguna de las escenas que prepararon los niños de la Acción Católica de la Parroquia de Trinidad para representar el Vía Crucis. Pero no fueron meros espectadores. Ayudaron a formar un cordón alrededor de los protagonistas para que tuvieran espacio suficiente para la puesta en escena y para desplazarse sin ningún tipo de obstáculo.
 

Participación. Este año, el Vía Crucis de los niños en Trinidad también contó con un amplio público infantil. Fue organizado por la Acción Católica de la Parroquia Santísima Trinidad.

Nuevamente el realismo fue el sello distintivo del Vía Crucis de los niños. El dramatismo de los protagonistas en cada estación representada supo captar y mantener la atención del público. La primera caída de Jesús comenzó a desatar la emoción de la gente que siguió atenta la representación. De ahí en más, el sentimiento de angustia y existencia se fue acrecentado entre los presentes. Pero fue en la 4ta estación cuando se vivió el momento más emotivo. Arrastrando la cruz y bajo el castigo permanente de los soldados romanos Jesús se encontró con María, su madre. La nena que encarnó el papel le transmitió a la gente la sensación de dolor y sufrimiento sin pronunciar ni una sola palabra.

El realismo y el dramatismo se mantuvo hasta el momento de la crucifixión de Jesús, momento que los niños del público observaron en total silencio, con mucha atención y sorprendidos por el sufrimiento que demostraron los actores.

Sorpresa. Los niños espectadores se sorprendieron cuando vieron el paño con el rostro de Jesús, luego de que una mujer le secara el sudor en una de las estaciones del Vía Crucis.

Tras la representación de la última estación, los protagonistas recibieron el aplauso entusiasmado del público, especialmente de los chicos que se acercaron a los protagonistas para observar de cerca los trajes que vistieron para la representación.

Ayer también se realizó un Vía Crucis en el Penal de Chimbas. Recorrió todos los pabellones y estuvo encabezado por monseñor, Jorge Lozano, con un mensaje de paz y misericordia.

En el Vía Crucis de los niños destacaron la defensa de la vida.

Otro escenario. El Vía Crucis de los niños arrancó en el patio interno de la Parroquia de Trinidad y continuó en la plaza.
El Penal. Monseñor, Jorge Lozano, encabezó el Vía Crucis que se realizó por todos los pabellones del Penal de Chimbas, incluido el de máxima seguridad.