Los chicos ya no tienen que almorzar a las 11 para devolverle los platos a la vecina antes del mediodía. Ahora comen en su propia vajilla, gracias a la solidaridad de la gente. Se trata de la familia de Patricia Aguilera, de la villa Juan XXIII, en Chimbas, a quien le desmantelaron la casa cuando se fue a tener a su bebé. Por problemas con el embarazo, la mujer con sus chicos se mudó transitoriamente a la casa de su madre, dejando la vivienda deshabitada. Hace un mes que DIARIO DE CUYO dio a conocer este caso que de inmediato movilizó la ayuda de la comunidad.

La mujer dijo que no imaginaba que en tan poco tiempo iba a comenzar a tener una mejor vida. Y que ya perdió la cuenta de todo lo que le donó la gente, aunque hay cosas que tiene ‘muy presente’ por su importancia. Es el changuito que le llevó una mujer desconocida, y con el que puede pasear a su beba; las mesa y sillas que le regaló un señor al que tampoco conocía, y que le permitió volver a almorzar en familia y cómodamente (antes ella y sus otros tres hijos comían sentados en el suelo); y un televisor que le mandaron desde Albardón, única diversión con la que cuentan los chicos por ahora. Los malvivientes que aprovecharon la ausencia de la familia para desmantelar la casa, se llevaron hasta los juguetes de los chicos.

‘Todos los días vino gente a traernos mercadería, ropa y platos. Hasta me daba vergüenza. Estoy muy agradecida. De la Municipalidad de Chimbas nos trajeron cuchetas, colchones, frazadas, calzado y leche. Y gente de la Agrupación Virgen de Fátima, nos arregló las puertas y ventanas’, dijo la mujer.

Patricia agregó que a pesar que aún no cuenta con luz y agua propia, lo que necesita de manera urgente es una garrafa para comprar gas y poder hacer funcionar el anafe que pudo comprar con sus ahorros.