A pocos metros, una pareja de jóvenes se paseaba de la mano con sus barbijos puestos. Y entre los que no los usaban, era evidente el cuidado que tenían en mantener la distancia con otras personas. Y todos los que disfrutaron del último día de la Feria de la Cultura Popular y el Libro aceptaron con gusto que el guardia de la puerta les pusiera alcohol líquido en sus manos antes de ingresar al predio del Club Atlético Trinidad, en Rawson.
La buena asistencia de público estuvo complementada con algunas medidas preventivas y, en conjunto, todo resultó en un balance positivo al cierre de la feria. Los visitantes eran de todas las edades y, a pesar de que los chicos ya no podían visitar la muestra con sus compañeros de escuela, lo mismo lo hicieron con sus padres y vecinos. Los más grandes aseguraron que los mejores atractivos estuvieron en los stands de artesanías y libros. Los más chicos se entretuvieron con los torneos de ajedrez organizados por la Sociedad de los Patriotas Nóveles, los puestos de las jugueterías y el de la escuela Braille, que les explicaba cómo aprenden a leer y caminar los chicos no videntes.