Daños. La intensidad y duración del viento zonda causó 141 focos de incendio en la provincia y la intervención de 21 dotaciones de bomberos.

El viento zonda que se hizo sentir en la provincia entre el domingo y la madrugada de ayer marcó un récord. Hubo 141 focos de incendios en las tres jornadas, un número jamás registrado anteriormente, según datos oficiales. Esto provocó la intervención de los 217 bomberos de la Policía de San Juan, de los cuales algunos resultaron lesionados. A esto se sumó las pérdidas materiales que ocasionó el fuego.

Armando Ruarte, jefe de la División Bomberos de la Policía, dijo que nunca antes se registraron tantos incendios e intervenciones para sofocarlos. "Llevo poco tiempo en la División, pero consulté a mis antecesores y coincidieron en que jamás hubo tantas intervenciones seguidas. Lo atribuimos a la extensión del viento, que persistió con mucha intensidad", dijo Ruarte.

El jefe agregó que hubo 141 intervenciones durante las 3 jornadas, con la actuación de los 217 efectivos de Bomberos, ya que se convocó al personal administrativo y hasta el que se encontraba de licencia para enfrentar la situación. Del total, 46 intervenciones las realizó el Cuartel Central, seguido por Bomberos de Rawson que realizaron 45, Bomberos de Jáchal con 19 intervenciones, y de San Martín con igual cantidad. En tanto que Bomberos de Valle Fértil intervinieron en 3 ocasiones y Bomberos de Caucete en 9. "Hay que destacar que la mayoría de los bomberos trabajó hasta por más de 24 horas y con ayuda del personal de Protección Civil y de los municipios que aportaron agua. Dos efectivos en Rawson y uno en Albardón resultaron intoxicados por inhalación de humo. La gente no toma conciencia del daño que puede generar con sus imprudencias", dijo Ruarte, quien sostuvo que la mayoría de estos incendio fue por "intervención del hombre".

El viento también afectó 25 escuelas de la provincia. La caída de árboles, corte del tendido eléctrico y voladura de los tanques de agua fueron los daños principales que sufrieron los edificios escolares, principalmente los de Jáchal, uno de los departamentos más castigados.

Por otro lado, el suministro de agua potable se vio reducido por el viento, debido a que la intensidad de ráfagas generó inconvenientes de electricidad en las perforaciones de El Pinar que alimentan la Planta Potabilizadora de Marquesado. Ayer, Energía San Juan estaba terminando de solucionar este problema y desde OSSE estimaron que hoy ya estará normalizado.

> Los vecinos que aún no logran superar el susto

Algunos son de Médano de Oro, en Rawson, y de Pocito, que sufrieron pérdidas materiales a raíz del fuego o que vivieron con desesperación el avance de las llamas hacia sus viviendas.

> Noches en vela para vigilar que no haya fuego 

Ester Elisandro aún no logra estabilizar su presión arterial ni recuperar el sueño perdido. El fuego quemó parte de una casa que pensaba alquilar y casi llega hasta la vivienda donde vive sola. "Por la ventana vi cómo se incendiaban los árboles y los pastizales que están cerca de las casas. La que está deshabitada y que pensaba alquilar no se salvó de las llamas que quemaron parte del techo y la conexión eléctrica. La casa donde vivo se salvó porque los vecinos acarreaban agua en baldes para mojar alrededor y evitar que avanzara el fuego. En varias ocasiones hubo incendios cerca por el zonda, pero nunca habían llegado hasta las casas. Aún no duermo en la noche por miedo a que se reactive el fuego", dijo.

> El interior de la casa, una caldera

Por 5 horas, una dotación de Bomberos de Rawson trabajó para evitar que el fuego llegara hasta la casa de Vanesa Pirri, en Médano de Oro. El mismo se había iniciado a unos 200 metros de su vivienda, pero por la intensidad del viento se propagó rápido. "Parecía que toda agua era poca para apagar las llamas, nunca viví algo así. El fuego llegó tan cerca que mi casa parecía una caldera", dijo la vecina.

> Se quemaba su hogar mientras ayudaba a un vecino

Ariel Gomila junto a su esposa estaban ayudando a un vecino amigo, de Médano de Oro, a combatir el fuego cuando les avisaron que su propia casa se estaba incendiando. Cuando llegaron, las llamas ya habían consumido todos los árboles de alrededor y un galpón en el fondo, y estaban ingresando a la casa. Mientras esperaban a los bomberos, tiraron el techo de caña de esa habitación para evitar que el fuego se propagara a las demás. "El techo de toda la casa es de caña y se iba a incendiar fácilmente, por eso decidimos bajar las cañas de la habitación que ya estaba en llamas. Era una especie de depósito donde guardábamos algunas herramientas de trabajo que, gracias a Dios, pudimos salvar", dijo Gomila.

> Entró en shock ante el peligro

Zulma Guerra no pudo soportar la angustia por la posibilidad de perder la casa en la que vive junto a sus dos hijos y que mantiene con su trabajo de empleada doméstica. Es por eso que cuando las llamas estaban a menos de 2 metros de su casa, entró en shock y la llevaron hasta la comisaría más cercana para que la atendieran. Vecinos y bomberos salvaron su casa del fuego.