Se llama Face App y si bien existe hace 2 años se convirtió en furor mundial en un chasquido de dedos en estos días, cuando añadió el último filtro. Con él, se puede ver "cómo envejece" el rostro de una persona unos 30 años como mínimo. Es la aplicación que más se descarga en el país en estos días y está en el top 10 del mundo. Las fotos de amigos, conocidos y famosos (de cualquier ámbito) invadieron todas las redes sociales.


Tres licenciadas en psicología fueron consultadas por DIARIO DE CUYO sobre este repentino "furor" y, en líneas generales, coincidieron que responde a la ansiedad que caracteriza a la sociedad actual. Gema Galván indicó que uno de los fenónemos que refleja es la masificación. "Las redes sociales traen esto de que si el otro lo usa, yo también voy a hacerlo. Es un mecanismo muy adolescente la masificación. Para tener la aceptación del otro, lleva a dejar de lado lo que le parezca bien o le parezca mal a cada uno", agregó Galván.


Alejandra Riofrío Dávila también indicó en una primera lectura que ""hay una cuestion de época con respecto a exposición y redes sociales. Y este furor que llega, así de efimero es y en unos días se vuelve a perder. El interés y deseo se cubren con la misma inmediatez que cualquier otra novedad".


En tanto que Jane Scaliter afirmó que el fenómeno "responde a la aceleración de cómo vivimos ahora. Siempre queriendo acortar tiempos. Como ahora los niños están adolescentizados, los adultos mirándose cómo serán con más años y en qué condiciones. La ansiedad como un tip de estos tiempos, debido al consumismo".


> Ansiedad por el futuro

Las tres licenciadas afirmaron que la aplicación ofrece la fantasía que cada uno existirá en el futuro. Riofrío Dávila afirmó que con la app está la posibilidad de reírse, o de fantasear con humor, de una etapa que más bien produce tristeza y angustia por todo lo que asemeja. Ya sea enfermedades o la asociación con la muerte.


"Los seres humanos no estamos preparados para las contingencias. Es un trabajo que se hace con tiempo. La muerte si bien está, no sabemos cuándo se produce y se fantasea a medida que se supone que se aproxima". 


Galván indicó que son pocos los adolescentes que hicieron el juego con el filtro de verse como adulto mayor y que la mayoría que vió más bien hizo lo contrario, de verse con menor edad. En cambio, es la gente de mediana edad, de 25 años en adelante, la que buscó "en el oráculo".


"Es la ansiedad de no poder manejar lo que viene. Yo programo mi día, estipulo qué voy a hacer. Pero el no poder manejar el tiempo a muchos les despierta ansiedad, y a otros incluso angustia. ¿Qué será de mí? Ver que envejecen los padres, aparecen enfermedades. Entonces, puedo manejar determinadas cosas, pero otras no. No puedo manejar mi vida". 


En definitiva, la pregunta "¿Llegaré a viejo?" es la que habilitó el furor. "Tiene que ver con temores y ansiedades que despierta la vejez en sí. Porque traen consigo el término del ciclo vital. Uno también tiene inevitablemente la esperanza de llegar a la vejez. Esto de todavia no voy a morir, proyectar a más allá", cerró Galván.