Su primera experiencia en el cine fue precoz: con sólo 10 años de edad, hizo su debut en There´s One Born Every Minute, título al que siguió Lassie en 1943

Aunque su primer protagónico llegó en National Velvet en 1944; saltó al estrellato con Fuego de juventud (1944) y Gigante (1956) con James Dean y Rock Hudson.

Con Raintree County (1957) consiguió su primera nominación al Oscar, que repetiría en 1958 por La gata sobre el tejado de zinc con Paul Newman y en 1959 con Suddenly, last Summer.

En el cuarto intento consecutivo se llevó la dorada estatuilla de la Academia con Una mujer marcada -o Butterfield 8- en 1960.

Su segundo Oscar llegó con ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966) en su quinta y última postulación en la gala que en 1993 le entregó un reconocimiento honorífico por su labores humanitarias.

En 1963, Elizabeth se embarcó en Cleopatra que se convirtió en un mito por llevar casi a la quiebra a su productora, la 20th Century Fox. Originalmente con un presupuesto de 2 millones de dólares, terminó costando 44 millones (el equivalente a 295 millones actuales). La fastuosidad de sus decorados (que se construyeron dos veces), su ostentoso vestuario (Liz lució 65 vestidos) y la interrupción de la filmación que pasó de Londres a Roma, catapultó a la cinta en la tercera más cara del mundo y la segunda más cara de Estados Unidos después de Piratas del Caribe 3: En el Fin del Mundo (300 millones de dólares en 2007).

Para este largometraje, la diva firmó un contrato récord de 1 millón de dólares para interpretar a Cleopatra, pero esa cifra subió a 7 millones -cobraba 50.000 por cada semana adicional- debido a los retrasos de la producción, lo que hoy sería unos 47 millones actuales.

La última actuación de la estrella en la pantalla grande fue en 1994, con Los Picapiedras.