Ya no hace falta esperar la fiesta tradicional de Angualasto o viajar hasta esa localidad iglesiana para comprar y degustar un vino patero casero. Este producto, y otros elaborados artesanalmente por iglesianos, ya están en exhibición y venta en la Casa de Iglesia en San Juan, que comenzó a funcionar hace un par de días, aunque será inaugurada oficialmente el próximo mes. La misma se suma a otro centro de residentes iglesianos, a uno de jachalleros y a otro de vallistos que si bien brindan servicios similares, cada uno mantiene un perfil diferente.

En Avenida Ignacio de la Roza 578 Oeste comenzó a funcionar la Casa de Iglesia en San Juan, dependiente de la Municipalidad de Iglesia. Si bien su función será principalmente social (tramitar asistencia médica para quienes necesitan ser atendidos en la ciudad, proporcionar una fotocopiadora e Internet gratis a los iglesianos que estudian en San Juan, entre otros servicios), por ahora funciona como oficina de información turística. "Queremos aprovechar este espacio para difundir nuestras costumbres y lo que tenemos para ofrecerle al turista -comentó Fernando Lloret, director de la Casa de Iglesia en San Juan-. En la sede ya estamos exhibiendo y vendiendo todo tipo de artesanías elaboradas por iglesianos, y dando información sobre hospedaje, excursiones y servicios a todos los que quieran visitar el departamento".

Por su parte, y a diferencia de la Casa de Iglesia en San Juan, el Centro de Residentes Iglesianos en la ciudad funciona como una bolsa de trabajo. A través de esta institución los jóvenes que llegan de ese departamento tienen la posibilidad de obtener una pasantía en algunos municipios. "Personalmente visitamos los municipios con el curriculum de los chicos para que los tengan en cuenta cuando necesiten pasantes -explicó el presidente de este centro, Sohar Poblete-. También realizamos diferentes actividades entre los socios, como encuentros sociales y viajes para mantenernos unidos en el desarraigo".

Sufrir menos por la distancia y mantener los lazos con su tierra natal es el objetivo principal del Centro de Residentes Jachalleros. Está conformado por un grupo de jóvenes que llegaron a estudiar a San Juan y que se unieron para no sentirse solos y, a su vez, ayudar a los jachalleros más necesitados. Todavía no les entregan la personería jurídica que tramitaron hace un mes y medio ni tienen una sede propia, pero periódicamente realizan campañas solidarias para ayudar a gente de su pueblo. "Es la manera que tenemos de no sufrir la soledad y aprovechar esta unión para ayudar -contó Carlos Gámez, al frente de este centro de residentes-. Nuestro objetivo es conseguir una sede propia e inaugurar una casa de juventud donde los chicos jachalleros que llegan a San Juan por trabajo o estudio pueden desarrollar diferentes actividades sociales, culturales y recreativas".

También los vallistos que se mudaron a San Juan, se unieron con fines sociales. Hace unos meses inauguraron su sede propia donde los estudiantes de Valle Fértil que viven en la ciudad pueden usar Internet en forma gratuita para hacer trabajos de estudio o realizar algunos trámites sin tener que viajar hasta el departamento. Pero los principales beneficiados por los servicios sociales que presta este centro son los que viven en Valle Fértil. "Nosotros nos encargamos de conseguir turnos con el médico para los vallistos que deben hacerse atender en la ciudad y que no tienen tiempo ni recursos para viajar -sostuvo José Torres, presidente del centro-. Si bien no tenemos albergue, a veces los enfermos se quedan en nuestra sede durante la noche para madrugar e ir al hospital. Creo que la finalidad de cualquier centro de residentes de departamentos alejados es, justamente, servir de nexo entre la ciudad y el lugar de origen".