Energía. Todas las mujeres que participan de las clases de zumba que se dictan en un centro de jubilados de Chimbas se destacan por la energía y entusiasmo que ponen.

Ninguna buscó ser parte de la tendencia y practicar la disciplina aeróbica que está de moda, tampoco mejorar su condición física ni, muchos menos, pretender adquirir una silueta de modelo. Decidieron hacer zumba para "salir del pozo" en el que cayeron por depresión y discriminación. Se trata de Paola Icazatti, Nilda Gutiérrez y Jennifer López que desde que asisten a las clases de zumba recobraron la alegría y las ganas de sobrevivir. Dijeron que esta actividad las ayudó a volver a sonreír.

Paola Icazatti tiene 57 años de edad y 5 de sufrimiento y pena. En el 2013 falleció su hija menor, de 23 años, en un siniestro vial. Desde entonces cayó en depresión y hasta tuvo que ser internada con tratamiento psiquiátrico. Hoy, gracias a zumba volvió a sonreír. "Mi hija estuvo internada 1 mes en Terapia Intensiva, 16 días en Clínica Médica y 14 días en casa. Ni siquiera hablaba por las secuelas del accidente. Y falleció. Era la reina de la casa, y no pude resistir el dolor. Aún hay momento en que siento que no voy a poder seguir adelante, pero esa sensación se me va apenas arranca la clase de zumba", dijo la mujer.

Hace tres años que Paola comenzó con esta actividad y, desde entonces comenzó a mejorar su actitud de vida. Volvió a compartir salidas con sus otras tres hijas, cosa que la depresión no le permitía hacer.

Nilda Gutiérrez también encontró en la zumba una herramienta para superar la muerte de un ser querido. Tras 30 años de casada, perdió a su esposo en 2012. Su dolor fue tan grande que se aisló del mundo a tal punto que no quería hablar con nadie ni salir a hacer las compras. Todo comenzó a mejorar hace 3 años cuando la zumba llegó a su barrio. "Mi hija comenzó a ir a las clases y yo la acompañaba para cuidarle al bebé. De a poco la música y la buena onda del profesor me fueron contagiando las ganas de participar. Me decidí a hacerlo y reviví. Desde que practico zumba cambié hasta mi forma de vestir. Dejé de lado la ropa oscura y hasta me animo a ponerme short a pesar de que tengo 64 años. Hasta cambié la decoración de la casa usando adornos más coloridos. Realmente esta gimnasia me devolvió la energía y la alegría", dijo Nilda.

A Jennifer López aún le cuesta superar su timidez. Algunas personas le hicieron sentir que no era capaz para hacer las cosas por el retraso madurativo que padece, y por eso se fue convirtiendo en una chica antisocial y con temor a salir a la calle. Desde que hace zumba no sólo se maneja sola, sino que hizo varias amigas con las que sale a tomar mate. "Doy gracias a Dios por haber conocido al profesor y a las demás mujeres que siempre me hicieron sentir una más del grupo, sin hacer diferencias o rechazarme. Si hasta me festejaron el cumpleaños. Realmente me cambió la vida", dijo.


 

Testimonios

Practicantes de zumba

NILDA GUTIÉRREZ

"No importa si no te sale ni un paso de los que enseña el profesor, eso es lo que menos importa. Lo verdaderamente importante de la zumba pasa por la energía que transmite y porque te hace sentir una persona vital y con ganas de seguir luchando".

PAOLA ICAZATTI

"Siempre digo que la hora que dura la clase de zumba es mi horita feliz, por lo bien que me hace sentir. Con las demás chicas que participan en las clases hemos formado un lindo grupo con el que hasta salimos a tomar mate al aire libre".

JENNIFER LÓPEZ

"A mí la zumba me ayudó doblemente. Por un lado salí un poco del aislamiento en el que caí por mi discapacidad y, por otro, pude bajar varios kilos que tenía de más. Como me daba miedo salir no hacía ninguna actividad y engordé mucho".