No eran el atractivo principal de la Fiesta del Molino Viejo sin embargo fueron los más admirados. De ellos dependió la apertura del festejo y por la elegancia con la que lo hicieron se ganaron el papel principal en Huaco, Jáchal. Ayer más de 200 gauchos a caballo fueron los protagonistas de una jornada en la que el Sol acompañó sin defraudar ni un instante.
Habían partido el sábado al medio día desde la curva El Gitano en el distrito jachallero La Colonia. Durante la noche descansaron en el camping de La Ciénaga y apenas asomó el Sol de ayer salieron rumbo al mirador ubicado a pocos kilómetros del Molino Viejo. La columna que formaron las 22 agrupaciones de todo San Juan hizo el primer homenaje a Don Buena. Los gauchos descubrieron una placa y en medio de los cerros cantaron Vallecito de Huaco, el himno del lugar según los pobladores. El homenaje fue tan emotivo que hasta un cóndor se hizo presente para saludar al poeta jachallero. Los actos se organizaron para recordar el 57mo aniversario de la muerte de Don Eusebio de Jesús Dojorti.
Después de recorrer 38 kilómetros y cerca de las 13,30 los caballos entraron al predio del Molino Viejo donde miles de personas esperaban su llegada. Ingresaron saludando al público con la cabeza mientras que los gauchos hacían lo mismo pero con sus sombreros. Luego fueron ubicados en los alrededores del predio para que la fiesta largara sus espectáculos musicales.
Una vez finalizada la presentación, el festejo empezó justo a la hora del almuerzo. El horario fue motivo suficiente para que los diferentes platos criollos se volvieran lo más buscados por el público. Pastelitos de carne, chivo asado o al vino, pollo y el infaltable asado fueron algunas de las exquisiteces que los presentes pudieron disfrutar durante la jornada festiva. También hubo un carro que vendía panchos. Las mesas, que habían sido distribuidas a lo ancho del predio recibieron a familias completas que después del almuerzo acompañaron a los shows artísticos con el mate y las cosas dulces.
Portando el apellido Dojorti, el dúo Los Cauquenes rompieron el hielo con sus voces. De esta forma el escenario, que de fondo mostraba el molino que giraba con el agua, empezó a desplegar la música. Tonadas cuyanas, cuecas y chacareras fueron aplaudidas por el ferviente público que no decayó con el paso de las horas. A Los Cauquenes le siguieron Los Gajos de Pinono, el Chango Huaqueño y otras voces de varios departamentos sanjuaninos. El cierre de una de las fiestas más importantes de Jáchal estuvo a cargo de Claudia Piran y del grupo pampeano Los Caldenes.

