Hablan pausado, con las manos quietas. Sus ojos brillan y les tiembla la voz cuando las imágenes de lo que vivieron en la zona más austral del país recorre sus pensamientos. Pero una sonrisa se dibuja en sus caras al recordar aquellos abrazos que les dieron sus familiares cuando regresaron a San Juan, después de haber vivido el horror de la guerra. Justo antes de que el reloj marcara las 0.00 y entonaran el Himno Nacional para conmemorar el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra en Malvinas, los ex combatientes sanjuaninos narraron sus recuerdos de posguerra. Historias de amor, regresos inesperados, fiestas, silencio, todo se reunió en el relato sobre el retorno de los soldados, tras 29 años de la gesta.

"Recuerdo la terminal colmada de gente que nos esperaba. Sabían que veníamos porque a los que nos salvamos del hundimiento del General Belgrano nos dejaron volver días después de que fuimos rescatados", contó Néstor Ortiz, que durante la guerra trabajaba para el Ejército y era maquinista del crucero que fue torpedeado por los ingleses. Él pasó 3 días en una balsa esperando que lo rescataran. "El frío era intenso en el mar y el petróleo que nos cubría nos ayudó a no morir. Recuerdo que la balsa estaba rota y teníamos que inflarla para que no se hundiera", narró Ortiz con dolor. Y dijo que "el día que volví, mis familiares y amigos organizaron una fiesta en mi casa. Ahí tuve la suerte de conocer a una chica con la que me puse de novio. Ella hoy es mi esposa". Tras el reencuentro con sus seres queridos, Ortiz tuvo que regresar a cumplir con sus actividades y recién se estableció en San Juan en 1985.

En la vereda de enfrente está Félix Borrego, quien trabajaba con el grupo que tuvo que rescatar a los náufragos. En ese momento, Borrego tenía dos hijos y su esposa estaba embarazada del tercero. "Después de la guerra volví a Puerto Belgrano, en Buenos Aires, donde estaba mi familia. Tenía mucha ansiedad por reencontrarme con ellos. Todos nos abrazamos fuerte en el muelle ni bien bajé del barco", contó el hombre. Y dijo que "después tuve que volver a trabajar y mi esposa volvió a San Juan para tener familia, en agosto de 1982. Conocí a mi hijo a los 3 meses".

Por su parte, Vicente Pedro comentó que toda su partición en la guerra estuvo cubierta de sorpresa. Él recuerda con exactitud las palabras del Capitán: "Esta noche nosotros vamos a desembarcar y ustedes nos van a servir de apoyo. Vamos a tomar las Islas Malvinas". Era el 1 de abril de 1982 y la noticia impactó a aquel chico que había sido sorteado para hacer el servicio militar. "Yo nunca había tocado una ametralladora y en ese momento pusieron una a mi cargo", contó Pedro. Y reflexionó que "igual que yo cuando escuché esas palabras se sorprendió mi madre cuando me vio en la puerta de la casa, en Alto de Sierra, tras la guerra. Ella no sabía ni siquiera que yo estaba vivo".

El que también llegó sin aviso fue Jorge Flores, quien estuvo en la primera línea de combate en las Islas Malvinas. "A mi madre le habían dicho que yo estaba muy herido. Por suerte no era así. Por eso cuando me vio no lo podía creer", dijo.

Para César Barrera, quien también sobrevivió al ataque del Belgrano, el regreso fue más duro. "No podía contarle a mi familia la verdad sobre lo que habíamos vivido. Ellos me entendieron y no preguntaban, pero otros familiares querían que hablara", dijo Barrera. Y contó que "me preguntaban muchas cosas, sé que no lo hacían con mala intención, pero yo no lo superaba. Me enfermé y los médicos le dijeron a mi mamá que lo mejor era que me fuera de mi casa. Viví un tiempo en lo de mis amigos, ellos sabían que no tenían que hablarme del tema".