"Las cosas por limpiar" es la segunda serie más vista en Argentina, de la plataforma Netflix. En diez episodios, narra la historia de una mujer desesperada que lucha por darle una vida mejor a su hija Maddy, aunque no será nada fácil, pues al salir del entorno de la violencia de género, la mamá se encuentra con una realidad igual de dura fuera de su casa. En este contexto, tres mamás sanjuaninas que protagonizaron realidades similares a la de la ficción comentaron todo lo que hicieron para que sus hijos no tengan que crecer en entornos violentos y todo lo que les costó poder ofrecerles un futuro mejor. A continuación, las historias de Lorena Ortuño, Marisa Barrera y Celina Verón, tres sanjuaninas que por el Día de la Madre, que se celebra hoy, contaron cómo fue su pasado y cómo es su presente, gracias a que superaron los momentos más duros de sus vidas. Y otro dato en común: las tres mujeres se definieron como "leonas" y a prueba de todo a la hora de proteger a sus hijos.

LORENA ORTUÑO

Una mujer que se siente fuerte

"Con los años aprendí que la vida no se trata de tener un mar más calmo, sino de un barco más fuerte". Con esta frase, Lorena Ortuño, una mamá sanjuanina de 42 años, comenzó a contar su historia de superación. La historia que, según ella, hoy la hace sentirse la mujer más fuerte del mundo y la mamá más capaz.

"Empecé a ver la serie -de Netflix- con mi hija más grande y ella comenzó a entender lo que muchas mujeres vivimos. Pudo comprender la cantidad de cosas que las mujeres a veces callamos por los hijos. Mi historia es parecida a la de la protagonista. No hubo golpes, pero sí mucho maltrato psicológico y dependencia económica", comentó y dijo que ella, luego de dejar esa vida, volvió a estudiar, a trabajar y a ser independiente.

Si bien dijo que está feliz, resaltó que el post separación es muy duro. "Estaba llena de miedos y dudas y lo único que me importó fue proteger a mis hijos. Empecé a vender pizzetas cuando mis hijos estaban en la escuela, porque el resto del día no tenía quién los cuidara. Pedí ayuda al Estado y eso para mí fue horrible, porque yo era docente en un momento de mi vida y hasta fui directora. Me parecía denigrante pedir un bolsón de mercadería para darles de comer a mis hijos", comentó y dijo que hoy su vida es 100% diferente y que en gran parte eso se lo debe a Madres Luchadoras, una ONG local que ayuda a las mamás que están saliendo de la violencia. "Hoy sigo estudiando y hasta limpio casas para pagar mis estudios. Por ahí me siento muy cansada, pero cuando veo a mis hijos tranquilos, obtengo la mejor recompensa", concluyó.

CELINA VERÓN

Feliz y con la vida que quiere

"Pasé 5 años buscando que a mi hija la operaran de una hernia y él -por su exesposo- sólo creía que yo estaba con otra persona. Era muy celoso, pero yo soportaba todo porque creía que iba a cambiar", dijo Celina Verón, una sanjuanina de 32 de años que tiene tres niños de entre 11 y 6 años (uno de ellos no quiso salir en la foto). "Me amenazaba con quitarme a los niños y como yo no trabajaba, pensaba que nunca iba a poder sola, pero llegó un momento en que sentía que debía cambiar la situación porque mis hijos no podían seguir viviendo así. Fue así que lo eché de mi casa y comenzó una guerra. Me amenazó con un cuchillo, hasta que mi hija mayor se metió y mis vecinos llamaron a la Policía. Amenazó con quemarme con una olla de agua que yo calentaba en el fondo para bañar a mis hijos porque él no pagaba el gas de la casa", comentó Celina y dijo que desde ese día ella se juró no volver más con él.

Tras ese acontecimiento, comenzó su nueva vida, la que lleva hasta ahora y la que realmente la hace feliz. "Ahí decidí ser la dueña de mi vida y de la de mis hijos. Empecé a trabajar en la cosecha y mi mamá me cuidaba a los chicos, hasta que conseguí trabajo en la Municipalidad de Angaco, en el área de Deportes. De día trabajaba ahí y de tarde hacía limpieza de casas y así de a poco fuimos saliendo. No me sobra el dinero, pero mis hijos no pasan necesidades y eso es gracias a mí. Ahora a 3 años de ese día, mis hijos son más felices gracias a mi decisión. Son excelentes alumnos y los educo mucho para que sean independientes y sobre todo, respetuosos", concluyó.

MARISA BARRERA

Sobrevivió gracias a un escape


"Desde que me quedé embarazada de mi primer hijo, mi ex me golpeaba. Viví con él casi 18 años, pero hoy estamos muy bien", dijo al comenzar su charla Marisa Barrera, una sanjuanina de 45 años que tiene dos hijos de 15 y 14 años, quienes no salieron en la foto por protección. Al hablar de su pasado, a Marisa aún le tiembla la voz, pero cuando cuenta cómo está hoy, su ritmo para hablar cambia notablemente. Se le puede escuchar el entusiasmo. "Mi historia es como la de esa chica -por la de la serie de Netflix-; me vine de Barreal supuestamente a pasear, casi con lo puesto y mi familia no me dejó volver. Cuando llegué venía llena de moretones por los golpes y mi hija, que viajó conmigo, me rogaba que no volviéramos. Después fue una odisea que me devolviera a mi hijo, que estaba allá. Le prometí a mi ex que íbamos a volver y conseguí que lo mandara hasta acá -por Capital-. Mi hijo pensaba que lo había abandonado, pero no soy capaz de una cosa así", dijo al contar cómo fue que logró alejarse de ese entorno.

"Empecé a vender bizcochuelos y sánguches y hasta ahora hago eso. Nosotros allá estábamos muy bien económicamente hablando, y acá dormíamos en el piso, en la pieza que una hermana me prestó. Pero estábamos tranquilos, y eso es impagable para mis hijos. Me costó mucho animarme a pedir ayuda. Cobré el IFE y con eso pude pagar mi primer alquiler, sin saber cómo iba a hacer al siguiente mes y acá estamos, casi un año después, saliendo y siendo una verdadera familia. No cambio mi vida de ahora por nada, mis hijos fueron mi inspiración", dijo.