Hay diferentes clases de gramíneas, muchas de ellas realmente decorativas. Algunas comenzarán a adquirir durante el final del otoño y comienzo del invierno un aspecto pajizo que contrastará con el resto de tonos verdes del jardín, un elegante contraste de colores.

Solo se podan llegado el final del invierno, ya que sus hojas secas recubren el tronco y así no se hielan sus raíces. Se corta su parte aérea, que es la seca, dejando cierta cantidad que nos servirá como aporte añadido de materia orgánica. Por lo tanto, para que la planta salga con más fuerza, eliminaremos toda esta cobertura pajiza y la utilizaremos como cubresuelos. Las gramíneas que conservan su color verde, no se deben podar.