En un cerrar y abrir de ojos, Rodrigo, un muchacho de pelo largo y remera negra de Led Zeppeling, se subió al escenario, abrazó a Patricia Sosa y cantó un trozo de "Endúlzame los oídos", una de sus canciones más románticas. "Quiero que los varones saquen su lado romántico", dijo la cantante, mientras el público la ovacionó. Este fue uno de los mejores momentos que tuvo un show cálido, íntimo, que emocionó y en el que Patricia Sosa, una vez más, dejó bien claro su compromiso con los que menos tienen y alentó para que la gente se pliegue a movidas solidarias.
El primer impacto emocional que recibió un público que superaba las tres décadas, fue cuando subió Juan Carlos Baglietto al escenario y cantó junto a Patricia. Fue ni bien comenzó el recital y era algo que no estaba preparado. Interpretaron "Si bastasen un par de canciones". Amigos de años, se encontraron en la carpa donde están los camarines, poco antes de comenzar el espectáculo y en minutos arreglaron la subida del cantante que estaba en San Juan porque es el encargado de colocar las luces en el escenario.
Con un impactante vestido naranja que dejaba al descubierto sus piernas de veinteañera, desde que la cantante empezó a hablar con la gente, el recital se transformó en una charla de entre casa. Un silencio absoluto invadió el lugar cuando Patricia relató su viaje al Impenetrable, en el Chaco, y cómo surgió su fundación destinada a ayudar a la gente de ese lugar. De ahí en más, entre canción y canción, las palabras cálidas de la ex vocalista de La Torre, fueron como cuchillos que se clavaron directo en el corazón de la gente. "Hay que tomar partido. O buenos o malos. Si no, estamos perdidos", dijo. Fue poco antes de presentar el video que hizo en una de sus visitas al Impenetrable.
Los disparos emocionales no pararon en toda la noche. Otro momento emotivo fue cuando empezó a cantar "Volveré siempre a San Juan". El tema no estaba en el repertorio y como no se sabía la letra hizo subir a un hombre que estaba entre el público para que la acompañara. Fue para homenajear a Ariel Ramírez, que falleció hace unos días. La última vez que Patricia Sosa vino a San Juan, lo hizo acompañada del artista, del que además era amiga.
Patricia hizo que la gente se abrazara entre sí, despertó suspiro entre los hombres y aplausos entre las mujeres. Habló desde el corazón, pidiendo compromiso social. Y cerró el show cantando junto a las dos intérpretes de lengua de señas, que estuvieron todas las noches de la fiesta. Un final que se alargó por más de media hora, porque la gente no permitió, con aplausos, que la artista dejara el escenario.

