"Gracias a la inteligencia artificial podremos analizar grandes cantidades de datos e identificar patrones relacionados con la demencia. Este estudio podría permitir una comprensión más profunda de la enfermedad y el diseño de tratamientos e intervenciones más adecuados para la población", explicó Agustín Ibañez, el neurocientífico sanjuanino que dirige el Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral (BrainLat) y que está al frente de una investigación sin precedentes, que consiste en la utilización de la inteligencia artificial para detectar la demencia utilizando un avanzado software. El estudio se está llevando a cabo en San Juan e Ibañez trabaja con otro destacado científico de la provincia, el investigador Martín Bruno, quien es director del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Católica de Cuyo. Hay una alta expectativa por este trabajo científico ya que luego se extenderá a toda Latinoamérica.

"El diagnóstico de la demencia es complejo, requiere de muchos profesionales con alto grado de especialización y la combinación de métodos clínicos, de imágenes y de estudios cognitivos. Las desigualdades socioeconómicas reducen el acceso a las necesidades humanas básicas y los servicios de salud, lo que, combinado con una mayor exposición a los factores de riesgo, aumenta la prevalencia de la demencia. Por es importante la prevención y la detección temprana", apuntó Ibañez.

En ese contexto, uno de los abordajes más novedosos para detectar la demencia se está llevando a cabo en San Juan y consiste en realizar evaluaciones automatizadas del habla y el lenguaje.

El sistema usa la IA y permite a los participantes simplemente hablar, produciendo características acústicas y lingüísticas que se procesan automáticamente. Se puede utilizar para caracterizar trastornos y predecir la gravedad de los síntomas y la atrofia cerebral.

El estudio consiste en pedirle a un grupo de participantes que realice tareas muy sencillas de producción de lenguaje, como describir su rutina diaria, un dibujo o contar una historia que hayan visto en video. Todo eso se graba y da pie a dos líneas de análisis.

Por un lado, los científicos analizan la señal de audio para buscar alteraciones en el ritmo del habla, la entonación y la calidad de la voz. Por el otro, transcriben los audios y analizan esas transcripciones con métricas que revelan alteraciones en los conceptos y los patrones sintácticos empleados, así como en la organización y la emocionalidad del discurso. Luego exploran si esas anomalías son buenos predictores de los déficits cognitivos y las alteraciones cerebrales de los pacientes.

En la provincia, los investigadores locales están utilizando una compleja app que se llama TELL. "Con esta herramienta tenemos la posibilidad de poder identificar y diferenciar personas con enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson y demencia frontotemporal en etapas tempranas; discriminar entre subtipos de enfermedades; y hasta predecir la gravedad y la progresión de los síntomas", explicó Martín Bruno.

"A largo plazo, esta investigación proporcionará herramientas equitativas para el diagnóstico temprano y el seguimiento de la demencia no sólo en los sanjuaninos sino también en personas de toda Latinoamérica. Va a reducir los costos y el tiempo de prueba, evitando sesgos de ensayos basados en examinadores, diferenciando síndromes más allá de los factores de confusión comunes y permitiendo la adopción oportuna de cambios en el estilo de vida y terapias dirigidas a la patología", acotó el sanjuanino.

La importancia del trabajo que se lleva a cabo en San Juan es que en general estos métodos se aplican habitualmente en personas de los Estados Unidos y los principales países Europa.

En Latinoamérica no existían evaluaciones específicas que tuvieron en cuenta las características regionales, por eso la iniciativa puede ser un inicio para revertir la desigualdad que existe en la lucha global contra la demencia.

> Grandes mentes sanjuaninas

Agustín Ibañez nació en Desamparados, en el barrio Universitario, pero ya vivió en distintas partes del mundo. Es que se trata de una mente privilegiada, cotizada en su campo de investigación, la neurociencia. Actualmente es director del Centro de Neurociencias Cognitivas de la Universidad de San Andrés y dirige también el Latin American Brain Health Institute (BrainLat) de la Universidad Adolfo Ibáñez en Chile. Ahora reside en Irlanda, ya que se hizo cargo del Instituto Latinoamericano.

Ibáñez tiene una destacada trayectoria en el campo de la salud cerebral y la demencia en contextos de desigualdad y en la aplicación de las neurociencias cognitivas en ámbitos relevantes para la sociedad. Ha producido más de 300 publicaciones internacionales y sus aportes han sido reconocidos a nivel mundial.

Martín Bruno

Por otro lado, Martín Bruno es otro destacado científico sanjuanino, quien dejó su carrera en Canadá para apostar por la investigación genética en el país. Es investigador del Conicet, está a cargo del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Católica de Cuyo y desde la provincia avanza en una serie de estudios neurológicos y genómicos que buscan generar respuestas a problemas de la salud. Bruno es posdoctorado en la norteamericana McGill University, entre otros estudios de especialización.

En el mundo
55 
 millones de personas tienen demencia en el mundo y se prevé que este número casi se duplique cada 20 años, llegando a 78 millones en 2030 y 139 millones en 2050, según cifras que otorga la OMS a nivel internacional. Gran parte del aumento será en los países en desarrollo.

Ingresos bajos
60 
 Es el porcentaje de personas con demencia que viven en países de ingresos bajos y medios, pero para 2050 aumentará al 71%, según proyecciones. El crecimiento más rápido de la población anciana se está produciendo en China e India, los países más poblados del mundo.

> Otro programa pionero y en el Marcial Quiroga

Si bien el sanjuanino Martín Bruno, uno de los más destacados investigadores de neurociencia del país, viene trabajando desde hace años, fue durante la pandemia que gestó un Plan de Prevención de Demencias. El objetivo fue "no sólo asegurar equidad y garantizar una atención de calidad en todo el territorio de la provincia, sino también en unificar criterios internacionales para el diagnóstico y tratamiento", explicó.

Así, en 2022 comenzó un ensayo clínico de fase II en el hospital Marcial Quiroga para tratar a pacientes que padecen trastornos neurológicos centrándose en los impulsores de la enfermedad de Alzheimer. A un grupo de 40 personas les brindan una pastilla sublingual de un fármaco que aspira a convertirse en el tratamiento potencial de la ansiedad y la depresión en la enfermedad de Alzheimer.

El ensayo en el Marcial Quiroga tiene como objetivo aclarar el perfil clínico de la ansiedad y la depresión y su asociación con la enfermedad de Alzheimer. Lo que buscan es evaluar si la progresión a la enfermedad de Alzheimer se puede retrasar, ya que el deterioro cognitivo leve amnésico se caracteriza por un deterioro de la memoria con preservación de la independencia funcional y se considera una etapa de transición entre el envejecimiento normal y la enfermedad de Alzheimer, apuntó el sanjuanino.

Los síntomas neuropsiquiátricos, como la ansiedad y la depresión, son frecuentes en el deterioro cognitivo leve amnésico y predicen la conversión a la enfermedad de Alzheimer, más allá de los efectos de la pérdida de memoria, falta de sueño, entre otros.

Los sanjuaninos, de 50 a 75 años, que están recibiendo este compuesto psicodélico en el tratamiento de la ansiedad y la depresión son pacientes que empezaron a manifestar problemas de memoria.

"Estas sustancias son agonistas de la serotonina; es decir, que activan sus receptores y producen sensación de tranquilidad. A estos pacientes, que se encuentren en etapas previas a un posible Alzheimer, les estamos brindando cantidades subpsicodélicas, es decir, pequeñas dosis", explicó Bruno. Para ello, obtuvieron la autorización de la Anmat para ingresar el fármaco, que es desarrollado por la empresa canadiense BiominsLabs, y los permisos pertinentes del Ministerio de Salud y del Comité de Bioética.