Barack Obama se manifestó sorprendido y halagado por el premio y lo aceptó como un “llamamiento a la acción” para atajar los problemas mundiales.


“No creo que esto sea un reconocimiento a mis logros individuales sino una reafirmación del liderazgo de Estados Unidos en nombre de las aspiraciones de los pueblos de todas las naciones”, dijo Obama.


El mandatario agregó no sentirse “merecedor” de integrar la lista de “figuras trascendentales” que ganaron el premio, pero dijo que lo acepta como “estímulo para enfrentar los retos del siglo 21”.


“Soy el comandante en jefe de una nación que está terminando una guerra”, la de Irak, y que en Afganistán “está enfrentando una guerra con adversarios” que amenazan a EEUU y al mundo, indicó.


Estas últimas palabras las expresó en directa relación a los cuestionamientos internacionales y domésticos que provocó la concesión del quizás más reputado galardón mundial cuando apenas lleva nueve meses en la presidencia.