Jennifer Rodríguez abandonó por un rato el stand donde lleva a cabo la campaña de recolección de tapitas para ayudar al Hospital Garrahan, tarea que esta pequeña de 8 años desempeña desde el 2008. Se tomó un recreo para pintar un paisaje con acuarelas y ver la obra de títeres. Lo mismo hizo la mayoría de los niños que asistieron en familia a la Fiesta del Sol en el Predio Ferial, donde cada noche hay rincones destinados al juego y recreación infantil. Estos espacios están organizados por la Asociación de Bibliotecas Populares, y se pueden visitar en el horario en que permanece abierta la Feria Temática.

En la carpa de la biblioteca Sociedad de Patriotas Nóveles no entraba un alma más. A pesar del calor registrado en su interior, los chicos se sentaron en el piso y apretujados unos contra otros, para ver la obra de títeres y bajar un poco la adrenalina. Un rato antes habían participado de un concurso de baile y de destreza física que los había dejado extenuados. Pero la calma duró poco. Al igual que la función de títeres, que tuvo que terminar antes de tiempo por falta de público. Los niños corrieron al encuentro de una jovencita vestida de princesa y experta en globología, que comenzó a darles forma de espada, jirafa y perro a los globos de colores que los chicos pudieron llevarse de recuerdo.

Ni la promesa de subirse al castillito inflable o de comer un helado de chocolate logró que los padres convencieran a los niños de abandonar la carpa. Ninguno quiso irse antes de pintar un dibujo con crayones y acuarelas, ni de escuchar uno de los tantos cuentos que fueron leídos en el espacio preparado por la Biblioteca Franklin.

Una sola promesa hizo que, entre protestas, los chicos accedieran a irse del lugar: la de volver esta noche a la carpa de la diversión.