Todo parece indicar que más allá de los problemas climáticos desatados sobre los olivares sanjuaninos en las dos últimas campañas, estos no han sido la única causa de la reducción del 50% de las exportaciones de aceitunas y aceites de oliva durante el 2010.

El aumento en los costos de producción y elaboración, la falta de mano de obra, un dólar bajo socavando la competitividad internacional de las economías regionales y la ausencia de una política agresiva de comercio internacional provincial y nacional parecen ser la causa real.

Hay que sumar además las crisis recurrentes de energía eléctrica, combustibles y ahora la hídrica.

Pero bueno, con mucho esfuerzo los exportadores olivícolas locales han logrado colocar el año pasado unos 5 millones de kilogramos por un valor FOB superior a los U$S 4 millones.

El principal mercado es Brasil, que adquiere en las fábricas locales más del 70% de la oferta exportable de aceitunas de mesa.

En el caso del óleo, nuestro principal cliente era Estados Unidos (60% aproximadamente), aunque gracias al dólar bajo, los empresarios se han visto obligados virar su mirada al Mercosur.

Industrias se buscan

Si bien San Juan cuenta con unas 15 fábricas importantes de aceitunas y una veintena de óleo, la realidad marca que año tras año la venta de aceituna a granel a otras provincias, sin valor agregado, sigue marcando la deuda industrial local.

19,7 mil toneladas de aceitunas salieron el año pasado de San Juan según los datos suministrados por la Cámara de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas de San Juan.

El 80 % fue al mercado interno y solo alrededor del 30% salió industrializada o en conserva. Lo bueno es que el 75% de la aceituna en conserva comercializada fuera de la provincia es para el mercado internacional.

En la campaña pasada se redujeron los envíos de 28,6 mil toneladas a 19,7 mil toneladas, es decir, un 31%.

La comparación de los volúmenes de aceitunas remitidas a granel con el comportamiento de las exportaciones olivícolas, permite obtener una visión más cercana de la pérdida de competitividad internacional de las empresas exportadoras sanjuaninas. Mientras las ventas externas caen alrededor del 50% -en teoría por cuestiones climáticas- tanto en óleo como en olivas de mesa, las salidas a granel sin valores agregados se reducen en un 31%.

Agregar valor industrial en San Juan, investigación y desarrollo de nuevos productos y la inteligencia comercial de la nueva olivicultura siguen siendo los próximos desafíos de una sector hasta hace poco tiempo atrás pujante.