Una gran sorpresa se llevaron los obreros municipales que este miércoles comenzaron a trabajar en el bacheo de la avenida Ignaciano de la Roza, entre General Acha y Tucumán. Es que cuando la máquina excavadora comenzó a levantar la capa de cemento del piso, los escombros se hundieron de repente.

Al mirar lo que había pasado, los empleados descubrieron una construcción debajo de la calle, a pocos centrimetros del cordón de la vereda sur. A primera vista se trata de un pozo negro, con varios metros de profundidad (que quedó bloqueado en parte con el cemento perforado) con las paredes trabadas con ladrillos cruzados.

El encargado del grupo aseguró que habían dado aviso al Municipio capitalino y a OSSE para que haga una inspección y determine que no se trate de un pozo en uso.

Mientras tanto, el hallazgo llamó la atención de transeúntes, que no dudaron en tomar una foto del hundimiento.

Gustavo Jofré, secretario de Infraestructura de la Municipalidad de la Capital,  confirmó a DIARIO DE CUYO que se trata de un pozo negro “de antigua data”, que es lo que “provocó el hundimiento de las lozas”. El funcionario relató que se harán los paños nuevamente, en “una intervención de 14 metros lineales por 4 de ancho. Se compactará se tapará el pozo, se hará hormigonado y quedará operativo en algunos días”, afirmó.

Consultado por DIARIO DE CUYO,  Jorge Cocinero, presidente de la Asociación Civil para la Conservación y Defensa del Patrimonio Sanjuanino, manifestó que sería difícil saber de qué época es el pozo, quizás con una “prueba de carbono 14”, pero estimó que no sería de extrañar que se trate del pozo séptico de  alguna vivienda que existía en el lugar previo al terrmoto de 1944. “Tengamos en cuenta que antes del terremoto no existía la Ignacio de la Roza antes, se hizo después del terremoto” afirmó, manifestando que “no tiene valor histórico alguno”.