Por años las barras de bares, boliches o restaurantes fueron fortalezas exclusivas de los hombres, tanto que sólo se hablaba de "barman" y muy rara vez "barwoman". Luego se generalizó el uso de la palabra "bartender" que es la persona que cumple la misma función de preparar tragos o cócteles sin apelar a la diferenciación de géneros. Lo cierto es que las mujeres fueron ganando terreno y las sanjuaninas no quedaron fuera de la revolución "coctelera". Al contrario, las agitadoras de este movimiento han ganado espacios de trabajo y seguidores que no sólo buscan tragos clásicos -los preferidos de los sanjuaninos-, sino también variantes creadas por ellas mismas. Historias de mujeres jóvenes que se animaron
y lo lograron.
 

Celeste (Ingrid) Echegaray (24)

Una campeona

En realidad se llama Celeste pero la mayoría de la gente la conoce como Ingrid. "Es que a modo de broma le digo Ingrid a todos porque me cuesta recordar los nombres, entonces un día -en broma-, empezaron a decirme Ingrid a mí y quedó para siempre", relata entre risas una de las bartender que ha ganado su espacio. Además, ella es estudiante de Enología en el Instituto Terciario donde ya terminó de cursar.

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"Empecé a tomar contactos con bodegas laboratorios y a la par también descubrí que me gustaba mucho la coctelería. Primero fue un hobby pero luego quise perfeccionarme y tomé contacto con la gente de la Unión de Bartender de San Juan. Hice un curso y hasta me animé a competir en el Winter Competition realizado el año pasado en Mendoza y gané el primer puesto en mi categoría. Logré ese lugar con un cóctel que diseñé para la competencia y lo llamé Delisse de Canela. Lleva vodka, licor de manzana, canela y jugo de limón", cuenta Ingrid.


Actualmente es la encargada de barra de Santa Margherita, un bar napolitano, ubicado en Rivadavia. "Empecé de lleno con esto hace un año y creo que resulta cada vez más atractivo poner a una mujer detrás de la barra porque a la gente le llama la atención que una prepare tragos. Hay una valoración de nuestro trabajo y eso es muy bueno porque ahora buscan gente más capacitada y no solamente una figura detrás de la barra", comenta.


Ella es una gran promotora de los aperitivos, tanto que se los recomienda a la gente cuando van a cenar. "Abren el paladar, preparan la boca para esperar la comida, hace una apertura de sabores que facilita degustar más la comida. Si bien en gran medida la gente busca tragos clásicos ya se anima a probar cosas más preparadas o nuevas. Actualmente hay un boom de la cerveza artesanal que ha llegado a los tragos y ya se preparan en base a esta bebida, y muchos otros con productos naturales y menos tradicionales para tragos. La gente está volcándose a cócteles más naturales sin tanto azúcar y menos graduación alcohólica aunque lo jóvenes prefieren con más alcohol", indica.

Andrea Santibañez (25)

Con mucho trabajo


Andrea trabaja en el servicio de Catering de Matías Sigalat donde nació su curiosidad por los cócteles. Esas mezclas, a veces exóticas, otras no tanto, ganaron su pasión. "Me enteré que había un curso de bartender hace un par de años en la Unión de Bartender y lo hice. Una vez que terminé también me entusiasmé con los certámenes y así fui al primero en el que obtuve un segundo lugar y luego a otro en el que salí tercera acá en San Juan. También competí en el Winter Competition y en el Vendimia de Mendoza donde no saqué premios pero gané mucha experiencia", dice.


Actualmente sumó dos nuevos trabajos, uno en el restó Crepes, en el servicio de catering mencionado y en el Hotel del Bono. "Afortunadamente recibí mucho apoyo de mis jefes y compañeros de trabajo para poder hacerlo. Me alentaron y aconsejaron", indica.


Andrea reconoce que gran parte de los consumidores prefieren los tragos clásicos como el Daikiri, Mojito, Primavera -con o sin alcohol-, pero también hay grupos de personas que quieren innovar y piden sugerencias. "Otra cosa que se está recuperando mucho son los aperitivos antes de las comidas y eso está muy bueno. Ahora en el verano están muy de moda los tragos tropicales como la Caipiriña, la Caipiroska", cuenta.


Su trago favorito es el Cuba Libre, pero a pesar de su preferencia por el whisky, en la competencia de coctelería realizada en San Juan, ganó en su categoría con un trago con vino.


Llevaba vino -Malbec Merlot-, menta, pulpa de frutilla y un toque de jugo de naranja, una delicia a juicio de los jurados.


"La coctelería ha tenido un repunte, algo que nos pone muy contentos a nosotros porque nos da otra perspectiva. En el caso de las mujeres, creo que hemos ganado terreno en esta actividad porque se dieron cuenta que podemos hacer lo mismo que los varones, incluso poniendo más énfasis en el detalle y en la elegancia", agrega.

Carla Bruna (27)

Un juego apasionante


A los 11 años jugaba a mezclar jugos de fruta en su casa y a los 17 ya tenía su propia barra móvil con la que asistía a diferentes lugares. Una pionera y autodidacta.


"Siempre me llamó la atención la coctelería, desde pequeña y por suerte tuve una familia que me dejó jugar bastante, era raro para ellos y no lo veían como una actividad para vivir que es lo que hago ahora con esto, pero me apoyaron. Ellos querían que siguiera una carrera, lo hice pero no era lo mío y me quede con la coctelería. Al principio fue muy duro porque podías saber un montón pero nadie contrataba mujeres para la barra. Fue complicado porque además no encontrabas herramientas de trabajo", cuenta Carla.

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Actualmente trabaja en un bar mejicano capacitando al personal y en la barra de American Bar.


"Ha crecido mucho la cultura alcohólica, la gente es más exigente porque conoce más gracias al trabajo que se hace. Incluso personas que decían que no les gustaban los tragos, uno les pregunta sus preferencias, le elabora algo a medida y se quedan re contentos. En parte es quizá el buen dialogo lo que aporta la mujer en esto aunque también llama la atención que una mujer este en la barra", agrega.


Recuerda que cuando hizo su primer curso hace varios años eran sólo dos mujeres y en el último eran diez, algo que habla a las claras de como creció en esta actividad.


"Mis tragos preferidos son los que llevan whisky, pero los más pedidos por la gente son los tragos tropicales con mucha fruta, helado y no muy alta graduación alcohólica".


Uno de los pilares de Carla es la creación. Le encanta transformar los clásicos en otros que lleven identidad sanjuanina, tanto que elabora mojito con vino y caipiroska con jarilla, ahora una de los tragos más pedidos en su barra.