Fotos: Gentileza Roberto Pereyra

A Roberto y a sus amigos de la infancia no les sobra nada, pero hay que aclarar que es en lo estrictamente material ya que les sobra voluntad, empatía y amor por sus pares. De otro modo no se explica el esfuerzo que hacen para alimentar desde enero a unas 350 personas (cifra actual), una vez a la semana o sumar alguna merienda cuando se puede (arroz con leche o leche con medialunas). Estos jóvenes acompañados por un matrimonio de la zona, no descansan para conseguir alimentos nutritivos, cocinar y también repartir la cena de los sábados por la noche en el Barrio Kirchner ubicado en Campo Afuera, Albardón.


Roberto Pereyra (albañil), Flavio Pinto (empleado de establecimiento pasero), Eduardo Flores y Miguel Gómez (empleados de la fábrica de galletitas del departamento), Ivana Irazoque (ama de casa), todos ellos con edades que van de los 36 a los 38 años, más el matrimonio conformado por Isabel Montaña y Alberto Muñoz (albañil), son los responsables de llevar adelante el comedor "La amistad" que brinda ayuda desinteresada a su comunidad.


Fue en una charla de fin de año, cuando este grupo de amigos de Campo Afuera decidió comenzar a dar una mano a los vecinos del barrio colindante porque veían las necesidades insatisfechas, sobre todo de los más pequeños. "A las dos semanas empezamos con un almuerzo para los chicos del barrio porque todo surgió por ellos y para ellos. La primera vez fue difícil porque ninguno sabía cocinar, no sabíamos cuántos irían, todo era incertidumbre hasta que llegaron los primeros 50 niños. El segundo fin de semana fueron casi cien y el tercero 125. El problema surgió cuando hicimos siete latones de pizzas y llegaron 225 chicos. Desde entonces no para la cantidad de niños que vienen de ahí y de zonas cercanas. Actualmente son 350 personas, porque a partir de la cuarentena se sumaron abuelos y familias completas. En la actualidad va un adulto de cada familia a retirar la comida para evitar amontonamientos y contagios", indica Roberto.


Los primeros almuerzos fueron realizados gracias a la colaboración de sus amigos y la gente del mismo lugar. El efecto multiplicador se produjo casi como una cadena natural de favores, porque la ayuda se propagó por el boca en boca.


"Sinceramente no nos interesa la ayuda de aquellos que vienen y nos dicen que luego debemos sacarnos fotos con banderas de determinados partidos políticos para subir a las redes. No lo hicimos ni lo haremos. Sólo recibimos colaboración de quienes lo hacen de corazón como nosotros. Ese es el motivo por el que hemos subido a las redes los almuerzos, ahora las cenas, para que los que ayudan vean que lo hacemos, pero tratamos dentro de lo posible de no exponer a los niños. Ya bastante con las necesidades que tienen", asegura Roberto.


Uno de los obstáculos que debieron sortear fue contar con un lugar, mobiliario y utensilios necesarios para poder cocinar para tanta gente. Ahí apareció en escena un matrimonio único, conformado por Isabel Montaña y Alberto muñoz, quienes dan su ayuda incondicionalmente.


"En la actualidad hacemos todo en su casa, se han convertido en un pilar fundamental. Por suerte se sumaron porque al comienzo todo era muy precario. Sólo teníamos dos tablones y ni una sola silla, pero siempre lo hacíamos con la mejor onda", dice Roberto, dedicado a la albañilería y quien junto con sus amigos, no duda en aportar lo que falta cada fin de semana para preparar los alimentos.


Muchas personas también hacen llegar ropa y otras donaciones que ellos entregan en otros puntos del departamento donde ven que las necesidades son acuciantes.


La tarea comienza a las tres de la tarde de cada sábado porque cocinar a leña lleva su tiempo. Son muchos los platos que hay que llenar con fideos, pollo al jugo, o lo que los recursos permitan. De ese modo a las 20.30 empieza el reparto con todos los recaudos del caso para que al menos, ese día, la comida sea un encuentro especial en cada familia.



EL DATO

  • Contacto para quienes deseen ayudar con alimentos: 264 474 4097 (Miguel Gómez)