Fuente: Adriana Dumandzic - Licenciada en Psicología - M.P. N¦ 162.

Alguno ha aprovechado para hacer de papá, lo que tiene sus ventajas, otro ha optado por andar a cuatro patas y ser el rey del patio con su cara de león, también hay quien se ha pasado la mañana capturando a los malos porque hoy tiene poderes de superhéroe. ¿Sólo un juego? Sobre todo un juego pero, tras un disfraz puede esconderse mucho más. Hubo un tiempo en el que los más pequeños de la casa, y los que no lo eran tanto, soñaban con convertirse en un personaje de la serie, de la película o simplemente de la TV. Esos que en apenas un par de viñetas salvaban al mundo en más de una ocasión, al tiempo que llevaban una segunda vida de lo más normal con sus familiares y amigos. Spiderman, Superman, Capitán América, Hulk, Wonder Woman. Cada uno tenía su preferido pero todos ellos ansiaban lo mismo: un superhéroe, como los protagonistas de sus historias favoritas. Adriana Dumandzic, licenciada en Psicología da respuesta a ciertas inquietudes respecto de este juego.

¿Qué aprenden los niños cuando se disfrazan?


Al observar el disfraz, el juego de los niños muestra una personificación, es decir la capacidad para asumir y adjudicar roles de manera dramática. Lo esperable, es que pueda manejarse en el "como si' del juego dramático. En niños pequeños de dos o tres años, se muestra el juego de manera directa, asume el rol del otro haciendo suyo el personaje deseado o temido, por ejemplo es el gatito enojado. Luego las personificaciones se enriquecen con figuras imaginarias, hadas, princesas, cucos, monstruos, robots, personajes de las películas y dibujos animados. Y, ya en la etapa escolar, el niño tiende a dramatizar roles socialmente definidos: maestra, doctor, bombero, veterinaria, es decir roles cercanos a su entorno.

¿Les proporciona mejoras en su desarrollo mental, físico y emocional?


Este tipo de juego proporciona el desarrollo armonioso tanto en los aspectos simbólicos, motrices y emocionales. En lo cognitivo, "elegir el personaje', implica descartar otros, por ejemplo. Quizás lo elegido le permita elaborar activamente, en ese espacio de juego algo que sufrió pasivamente, por ejemplo, la pérdida de una mascota o una operación u accidente; de esta forma habría beneficios en lo emocional. Desde ya que estos juegos desarrollan aspectos de la motricidad y del lenguaje. Para un niño sentir que logró vestirse exitosamente como el cowboy de Toy Story y saber que su lenguaje es comprendido traería beneficios en su autoestima, seguridad en sí mismo. Podríamos afirmar también, que estaría sentando las bases de la empatía; favoreciendo el proceso de socialización e individualización. 

Respecto de niños con capacidades diferentes, ¿los ayuda en su desarrollo o superación?


Este juego beneficia a todos los niños; aún a los niños con capacidades especiales. En estos chicos se desarrollará el juego según las capacidades emocionales, simbólicas y motrices en cada caso en particular. Como regla general, quien juega plásticamente, con un juego comprensible para el observador, creativo, reparatorio, con un buen equilibrio entre la fantasía y la realidad; nos hablaría de un niño con recursos yoicos.

¿Quién beneficia este tipo de juego?


Jugar a disfrazarse pareciera que es estimulado desde la sociedad de consumo en la actualidad, pero en realidad es un juego que acompaña el desarrollo de las sociedades, hoy resabio de este desarrollo son los festejos de carnaval, por ejemplo.

¿Les ayuda jugar a disfrazarse para apartarse de las pantallas interactivas?


Este tipo de juego tradicional también tiene que estar presente en la vida de los niños del siglo XXI. Hoy sigue vigente el lema "dar de menos', esto en relación a los juguetes, porque les permite aumentar su capacidad inventiva les permite desarrollar la creatividad. Aprender a "aburrirse', es necesario para encontrar algo nuevo para jugar, ahí está el desarrollo evolutivo. También es muy bueno, reencontrarse con las partes de sus juguetes rotos, viejos. Ellos con esas partes construirán algo nuevo y; esto le ayuda a elaborar duelos, por ejemplo: algo que se transforma en un juguete diferente con "cositas que no sirven'. Los niños de hoy, es verdad que tienen muchas pantallas, pero, es muy bueno que tengan estos juguetes tradicionales.

Más que un juego


* Al disfrazarse aprenden reglas sociales, empatía y educación emocional. Aparte de proporcionar cantidades de diversión, el disfraz ayuda al pequeño a desarrollar ciertas áreas de una forma fácil, lúdica y casi inconsciente:


* La principal es la creatividad: cuando el niño decide llevar un ovillo de lana en la mano para completar su versión de Spiderman, por ejemplo. Aprende a expresarse con libertad y distanciarse de uno mismo.


* Muchos psicólogos utilizan el disfraz como terapia para que el niño no se ponga barreras: si habitualmente es incapaz de desobedecer a mamá y hoy lleva el traje del malo, podrá hacer cosas que siendo él mismo no haría. Jugará a lo que de verdad quiere, aunque se ensucie, tenga que ejercer de líder, etc.


* El disfraz también ayuda a liberar las tensiones: Pondrá en marcha el pensamiento simbólico, que caracteriza el 90% del juego del niño entre los 4 y los 6 años. Consiste en representar la vida de un adulto, de un animal o de un personaje de ficción. El pequeño observa y asimila sus impresiones del mundo a través de su propia visión. Es frecuente encontrarle en la cocina con un delantal imitando a la abuela cuando guisa, en el baño con la cara cubierta de espuma simulando que se afeita como papá o buscando en el armario los tacones de mamá. Y, con un disfraz, desde luego, es mucho más fácil sentir que eres otro.

Por lo general, los niños expresan problemas, deseos, obsesiones y gustos a través del juego. Por eso, si se interpreta correctamente, el disfraz puede ser una especie de libro abierto que nos devela qué intereses tienen o qué les preocupa.