Coinciden en que “no hay más chances” de ocurrir un nuevo suceso ambiental. Así, bajo el escrutinio de toda una sociedad y con el peso de que no hay margen de error, volvieron a sus trabajos luego de una suspensión histórica en las operaciones de la mina por parte del gobernador Sergio Uñac, medida que apuntaba a resguardar la seguridad de ellos mismos y de todos los sanjuaninos.

Aldo Díaz (perforista, está desde 2003), Patricia Amarfil (desde 2008, conductora de CAT y entrenamiento de perforadoras), Andrés Ríos (2010, operador de equipos pesados), Adrián Rodríguez (2012, operador de equipos pesados) y Natalia López (2004, operadora de equipos multifunción), grupo integrante del Turno Nro 2 del área de Operaciones Mina de Veladero, contaron a CUYO MINERO cómo se sienten y vivieron el segundo suceso ambiental ocurrido en la mina, además de su vuelta al trabajo.
Si bien aseguraron sentirse seguros en la mina y coincidieron que después del hecho con las reformas realizadas los controles comenzaron a ser más rigurosos, fueron unánimes y concluyentes en un punto: ningún incidente ambiental puede volver a ocurrir.

“Sabemos que estamos bajo el foco de atención de la sociedad y es difícil porque uno es un laburante y se prepara para hacer las cosas bien. Pero nos ponemos en lugar de la gente. Nosotros trabajamos acá, conocemos la actividad y nos preocupamos por el medio ambiente, pero si te ponés del lado de ellos y te preocupás por el medio ambiente, la mejor manera de llegar es siempre decir las cosas como son: hubo un gran error con el incidente anterior, hubo mala comunicación, llegó mal y la veracidad la perdimos toda y ahora cuesta más remarla.

Sabemos que no hay una tercera oportunidad y en eso coincidimos todos”, resumió Adrián Rodríguez.

El día de la suspensión oficial de operaciones (en la madrugada del 14 de septiembre), el grupo llegaba a la mina para cumplir con su régimen de 14 x 14 días, de los cuales 7 trabajan en turno mañana y 7 en el de tarde. Al otro día a las siete de la mañana y en la charla de seguridad previa al inicio de su jornada de trabajo, se les comunicó de la veda. “Fue un shock enterarnos que el Gobernador había anunciado un cese de actividades, como no tenemos canal de aire, lógicamente nos enteramos en la mañana. Ya nos habían alertado de que algo había ocurrido en el valle y que no fue como el del año pasado, sino un incidente menor que fue contenido el valle del lixiviación”, contó Natalia.

A partir de ese momento cumplieron su régimen pero de una forma distinta. Durante los 14 días colaboraron con la construcción de bermas y la limpieza de caminos solicitadas por las autoridades provinciales. “Estuvimos llenando las bolsas especiales con material para la construcción de bermas y así subir su nivel”, sumó Adrián.

Claro está y como contaron, durante esos días hubo incertidumbre que se fue aclarando con el correr de los días mientras tenían más información. Un punto clave fue la presencia del ministro de Minería Alberto Hensel, el subsecretario de Trabajo Roberto Correa Esbry y la gente del gremio AOMA. Es que el Gobierno había ordendo, en paralelo con la suspensión de la producción en la mina, que Barrick garantizara la intangibilidad de los sueldos y de los puestos laborales mientras estuviera la veda.

Si bien al principio temieron perder sus fuentes de trabajo, esa acción les dio tranquilidad. “Cualquiera en nuestro lugar sentiría lo mismo. Lo primero que uno hace es tranquilizar a la familia y contar cómo fueron las cosas, que esta vez no fue como la anterior”, dijo Patricia.
Por supuesto, el ànimo fue mucho mejor cuando volvieron a las actividades normales, una vez que la Justicia ordenó el reinicio de la producción en la mina. “Estamos con todas las ganas y a hacer las cosas bien para que no ocurra algo similar”, dijo Aldo, a lo que Adrián agregó que “el tiempo que estuvimos acá nos capacitaron en seguridad hasta que fue la reactivación, volvemos con muchas ganas y esperamos que todo salga mejor”.