La convocatoria de principio a fin tiene un plus por demás interesante: no sólo es un espacio dónde un grupo de microemprendedores va a mostrar, contar y de paso, comercializar lo que hace con sus propias manos. La feria en cuestión es una puerta de ingreso al mundo sustentable. Es que justamente estos hacedores están empecinados en compartir sus metas de producir, consumir y vivir generando el menor impacto ambiental posible. ¿Se puede? Lejos de ser un slogan de campaña política, viendo algunos ejemplos se llega a la conclusión que sí se puede. Al menos los 25 expositores darán testimonio de ello.


Esta feria original y que llama a la reflexión a cualquier ciudadano común y corriente tendrá lugar hoy, de 12 a 19 en el Museo Histórico Agustín Gnecco. 


Surgió por iniciativa de dos hacedoras sanjuaninas que tienen como punto de partida intentar contaminar lo menos que se pueda y servirse de los elementos que proporciona la naturaleza en sus ciclos vitales. Marianela Ruarte Mataix (productora de los dulces de tomate caseros Amtla, que no tienen conservantes ni aditivos y que están envasados en frascos reutilizables que hasta pueden aportar los mismos clientes) y Cecilia Falivene (diseñadora de indumentaria que pasó por grandes marcas nacionales pero que luego, desencantada, buscó un nuevo camino en el reciclaje textil desde su Atelier Creativo, confeccionando bolsas ecológicas y una línea de ropa con sacos y jeans recuperados) sin conocerse, coincidieron en la convocatoria del Festeca (ver Festival de Tecnologías Ambientales). Y asumieron el desafío de organizar una vidriera para sus pares, en este marco oficial con el que San Juan celebra el mes del Ambiente.


Así nació la Feria Sustentable


"Somos conscientes que toda actividad productiva tiene un impacto en el medio ambiente, además de tener repercusión económica y social. La propuesta para todos es procurar hacer algo, desde cada uno, que por lo menos no dañe más aún el lugar dónde vivimos. Esta es una acción a llevar adelante en cada aspecto de la vida. No solo para el trabajo. Generar menos basura extra, reutilizar lo que sirve de los residuos, respetar los ciclos de la naturaleza, obtener en casa las propias materias primas, no derrochar electricidad ni agua potable, son algunas de las premisas para vivir mejor'', resumen la iniciativa Marianela y Cecilia, quienes tuvieron en sus manos la selección de los emprendimientos de la feria, para la cual tuvieron más de 45 postulantes.


El año pasado se hizo por primera vez este evento. Ahora en una segunda oportunidad, la feria viene recargada. Es que en lugar de tan solo mostrar productos, las organizadoras hicieron un programa que incluye el relato en primera persona de las experiencias sustentables, charlas con expertos sobre herramientas para mejorar los proyectos y la posibilidad para el eventual participante de vivenciar, tocar, degustar y asombrarse con estos productos sin conservantes, ni efectos contaminantes, que invitan a volver a la casa e intentar poner en práctica algo de lo aprendido.

Preparados, listos, ya. Marianela Ruarte Mataix, Cecilia Falivene, Daniel Ruarte, Lylia Raffo y los chicos de Ecolequa (Lucas García, Claudio González y Julieta Ladstatter) son algunos de los emprendedores que van a mostrar sus proyectos sustentables.


 

Festival de Tecnologías Ambientales


La Feria Sustentable, es una de las tantísimas actividades que propone el Festeca, un multievento anual, un festival de las Tecnologías Ambientales, producido de manera colectiva tanto por organismos del Estado (está coordinado por Cecilia Carrizo, que trabaja en la Secretaría de Estado de Ambiente y Desarrollo Sustentable) más el aporte y participación de instituciones, emprendedores e inclusive establecimientos educativos. Durante un mes -desde el 5 de junio, fecha en que se conmemora el Día del Ambiente hasta el 7 de julio- hay un calendario de variadas actividades. Para saber más: http://festeca.sanjuan.gob.ar

Para agendar


La Feria Sustentable funcionará de hoy, en Avenida Guillermo Rawson 655 sur, esquina General Paz. La entrada es libre y gratuita.
Desde la organización incluyeron actividades y propuesta para todos los gustos: música en vivo (con Fabricio Montilla, Bruno Torino, Gabriel Dávila, entre otros), charlas (sobre Separación de residuos, Compostaje, Envases y empaques sustentables, Economía Verde, etc), muestras de fotografías y performance de Patricia Savastano, etc.
También se podrá ir a almorzar y merendar ya que se armó un menú especial de pizzas sin gluten, sánguches y empanadas vegetarianas y una opción para aquellos que comen carne.


Productos para todos los gustos


Estos son algunos de los emprendedores sustentables locales que hoy mostrarán su trabajo: Barritas de cereal y semillas (snacks artesanales), Opuntia (kokedamas), Pequeño Mármol de Nuestras Vidas y Recreando el Jardín (dos emprendimientos escolares de Los Berros a base de recuperar restos de mármoles, latas de conservas y calcitas), Kaktos (cactus, crasas de colección, injertos, bonsai con compost orgánico), Tutuna (productos saludables como cremas y jabones de olivas con alto contenido en polifenoles, principios de fitoterapia y sin conservantes químicos), Madre Nativa (accesorios de alpaca y prendas de vestir de lana de ovejas, llamas y vicuñas confeccionadas con técnicas ancestrales), Conciencia sin Gluten (menú para dietas libres de gluten y lactosa), De Caña (cubiertos biodegradables descartables y reutilizables), Mis delicias (repostería y chocolatería con productos orgánicos y dulces caseros), Epitamarí (anotadores y libretas hechos a mano con materiales recuperados), Jazmín Morisco (alimentos de origen vegetal nutritivos y saludables preparados con ingredientes regionales y poco procesados, como el azúcar de mascabo, frutos secos, harinas integrales), Algarrobita (repostería de harina de algarroba), Chapanay (muñecos con retazos de tela recuperada de los descartes de talleres de costuras), Materia Urbana (objetos decorativos y utilitarios realizados con CD, DVD y P.E.T.), Cielo Alto (producción de papel de fibras naturales de totora, cortadera, tassi), Alfajores Valle de La Luna (preparados con harinas alternativas), Abdullah (editorial), Champagnera Miguel Más (producción frutihortícola orgánica y de vinos, champagne, vinagres, acceto balsámico), Cinco Elementos (taller de cerámica), Domos vivos (viviendas que se construyen a partir de estructuras de cúpulas, ideales para optimizar el uso de energía) y Luanito Juaguna (artesanías y decoración con CD y sus cajas).


Los que hacen algo por el medio ambiente


Que el transporte no sea una carga

Daniel Ruarte es profe de matemática, tiene un taller de carpintería de aluminio y MDF, y en sus ratos libres practica trial. Una bicicleta de carga es el último de sus logros, producto de la conjunción de las tres actividades que lo cautivan.


Claro que no es una bicicleta común y corriente, aunque esa sí es la base de este medio de transporte que puede llegar a medir entre 3 metros de largo y poco más de 70 centímetros de ancho que es la dimensión del manubrio. Todo depende de las necesidades y usos.


La "cargo bike'' puede transportar hasta 110 kilos, según la propia experiencia del inventor. "En el taller usamos generalmente la camioneta para trasladar los materiales, pero más de una vez nos ha ocurrido que no está disponible y la bici de carga nos salva. Sirve para transportar de todo. Este tipo de bicicleta es un boom en el mundo'', dice con orgullo.


"Es más en el caso de obreros de la construcción o delivery -dos de los usos posibles- se les puede colocar una batería que se regenerativa para que sirva de asistencia al pedaleo, para darle mayor rendimiento y generar la posibilidad de trasladarse en zonas de subidas con peso. Es super económica en comparación con un auto, una camioneta e inclusive una moto y nunca va a contaminar'', agrega sobre su proyecto basado en bicicletas usadas y recuperadas o en cuadros nuevos, dos ruedas y el implemento para la carga, que inclusive puede tener asientos y hasta cinturón de seguridad para llevar niños sentados.


Daniel empezó a diseñar y construir bicicletas por propia necesidad en el 2008. No tenía como costear los montos de una "de dos ruedas'' para hacer los malabares y equilibrios que propone el trial, la modalidad deportiva que practica desde chico y que se trata de superar obstáculos de todo tipo. Sin mayores conocimientos comenzó a investigar sobre cómo hacer bicicletas no tradicionales y a medida. Así creó su bice de trial y otras de madera para aprendices. Ahora está abocado a las de carga ya que considera que son la mejor respuesta para los problemas de congestión del transporte, para el traslado de los trabajadores y herramientas (así evitarían costos de fletes) y fundamentalmente para no seguir contaminando el medio ambiente con la emisión de gases de los combustibles.

El dato:
Facebook: drdbike


Piel para la piel


Paseaba por el Puerto de Frutos, en el Tigre, cuando la impactaron unos cueros de cabrito. Los compró sin saber muy bien cual seria el destino. De vuelta en San Juan, la arquitecta Lylia Raffo, apeló a todas las enseñanzas de costura que su mamá se empeñaba que aprendiera de chica, para confeccionar un gamulán con la piel blanca por fuera -en lugar de colocarla en el interior como forro- que se llenó de elogios de propios y ajenos. No sólo por la calidad del abrigo, sino por la originalidad. A tal punto llegaron los halagos que su marido le propuso que dejara los planos de lado para dedicarse a los patrones y moldes. Así lo hizo y en el 2008 creó AcequiA, su empresa de diseño de autor de abrigos y accesorios (polainas, carteras, gorros) con identidad ya que utiliza cueros y pieles de cabras de Caucete y Valle Fértil, combinadas con tejidos de lanas de llama de Barreal y telas de tapicería, además de detalles en alpaca y maderas de barrica de roble que le aporta la orfebre Yanina Miranda. Los resultados son bellísimos.


Sin embargo, apenas empezó con la costura de inmediato se topó con el primer escollo: ¿cómo conseguir el material? Ella se negaba a comprar la caza de fauna silvestre o a que se mataran animales para utilizar para sus diseños. Hasta que en la Difunta Correa conoció a un taxidermista que la contactó con los puesteros de la zona. "Fue una ventaja para todos: desde entonces los lugareños me venden los cueros que en general tiran una vez que faenan los animales para consumo ya que no tienen otro uso y yo consigo una excelente materia prima, ya que los pelajes son muy tupidos y sedosos por la alimentación de las cabras. Ganamos todos porque yo les hago un aporte a su actividad económica, en muchos casos el modo de vida que tienen y ellos me dan lo que necesito para hacer mis creaciones. Así se cierra un círculo de la naturaleza y que a la vez es una tradición en San Juan'', explica esta emprendedora que ha llegado con sus prendas únicas a Chile y Uruguay y tiene en el tintero propuestas para hacer desfiles en Bolivia y Canadá.

El dato
Facebook: AcequiAmoda



La semilla de los lápices

Tantas horas de trabajo y semejante cantidad de borradores con presentaciones para los clientes, terminaron en un proyecto por demás promisorio para los diseñadores gráficos y amigos de la vida, Lucas García, Daniel Zeniquel, Julieta Ladstatter, Fernando Quinteros y el único del grupo que es un experto en el manejo de la maquinaria tecnológica, Claudio González. Entre todos, crearon los Pruxis, unos lápices de papel reciclable -utilizando la incalculable cantidad de hojas de papel de resma, de 90 gramos, que imprimen, escriben y usan, además de otras que van recolectando por oficinas públicas y privadas- que para sorpresas de muchos, guardan en el interior del cabo, semillas vegetales para una vez, terminada la punta, poder sembrarlas y así hacer crecer una nueva planta para dar oxigeno al planeta, verde a la vista, perfume al ambiente y por qué no reiniciar el circulo del ciclo del papel.


Por ahora, se puede elegir entre las semillas de tomate, albahaca, perejil o las flores llamadas copete. Además de una variedad arbórea de kiri o emperatriz, considerado el árbol que puede salvar al mundo, ya que esta especie originaria de China absorbe más dióxido de carbono que cualquier otro, emite grandes cantidades de oxígeno, sus gruesas y profundas raíces salvan de la erosión los suelos, sobrevive al fuego, vive hasta 100 años y retoña hasta 5 veces del mismo tronco, entre otras ventajas como la belleza de sus flores. Ya están averiguando para hacerlos con especies autóctonas e innovar las minas de blanco-negro en diferentes colores. Eso será el segundo paso que podrán dar con el financiamiento que ganaron con un Capital Semilla.


"Como diseñadores sabemos que generamos mucho desecho y que se malgasta mucho material hasta llegar a lo que aspiramos. Por eso, buscábamos hacer un producto que nos permita reutilizar recursos, Nuestros lápices ecológicos son una acción, pequeña, humilde, pero acción al fin de ayudar al medio ambiente, para poder entre todos escribir un futuro diferente'', resume Lucas, su ideario y el de sus amigos.

Estos lápices -Pruxi- son el primer paso del emprendimiento Ecolequa, al que piensan incluirle otros productos con la misma ideología ecológica, como el papel plantable, que sirve para escribir, imprimir y cuando no se usa, sembrar.

El dato
Facebook: Pruxi


Alivio ancestral

Sucede, en más de una iniciativa, que hay una abuela involucrada, transmitiendo esos saberes que hacen a su experiencia de vida. Este es el caso de El aromito, el emprendimiento que Luz Aguirre y su compañero, Mauricio Godoy, comenzaron siguiendo los consejos de Petronia Reta, una gran mujer de la comunidad huarpe de El Encón, que aún a los 93 años tiene muchos secretos para contarles, compartir, legarles. Nobleza obliga decir que fue un catarro, un cuadro de fiebre o una tos, no recuerdan bien la dolencia, el puntapié inicial. Fue entonces que la familia recordó ese remedio natural, a base de jarilla y otras hierbas del campo que traía el alivio al cuerpo.


"Siguiendo el paso a paso que nos indicó la abuela, lo hicimos, con la cosecha de plantas, hierbas y flores que salimos a recolectar en las mañanas, bien temprano para obtener las mejores floraciones, aún con rocío, más una larga maceración con otros productos naturales. Finalmente volvimos a comprobar sus poderes curativos para infinidad de enfermedades y dolores, para ayudar en la cicatrización de heridas, la desinfección, tratamientos para el organismo, solo por citar un ejemplo. Eso fue el punto de partida de El aromito, nuestro emprendimiento de productos naturales con farmacopea vegetal, flora autóctona y frutos para tratar las distintas afecciones, tal como se practicaba en tiempo pasados. Hoy queremos promover y revalorizar el conocimiento etnobotánico y que se siga transmitiendo la medicina tradicional de generación en generación'', cuenta Luz y aclara que el aromito no es sólo por el perfume que despliegan sus jabones y esencias a base de jarilla, menta, romero, cedrón, limón, naranja y miel, sino que es un árbol autóctono del lugar dónde nació -también conocido como Tusca- que le da el nombre al emprendimiento que no se reduce solamente al aprovechamiento de los frutos de la tierra para hacer medicina, sino que se diversifica con harinas y bebidas de algarroba. Eso sí, en cada cosecha, además de agradecer por el trabajo, también son infaltables las ofrendas por los frutos que generosamente pueden recoger. Otra costumbre que no se pierde. 
 

El dato: 
Facebook: El aromito

Fotos: Federico Levato y colaboración Luz Aguirre