Contundencia por los narcos. En su paso por IDEA, Macri reiteró que su gobierno encara una lucha contra el narcotráfico y que "no vamos a parar hasta echarlo de la Argentina".

El presidente Mauricio Macri envió ayer, a poco más de una semana de las elecciones legislativas, un mensaje a empresarios y a sindicalistas para "sentarse a una mesa" y debatir los planes de "reformas" laboral y económicas dentro de un marco de "gradualismo", al tiempo que volvió a apuntar contra el narcotráfico, la corrupción y los que buscan "atajos en beneficio propio".

Al hablar en el cierre del 53´ Coloquio de IDEA que se llevó a cabo en la ciudad de Mar del Plata, el presidente afirmó que espera que los países del Mercosur "en noviembre firmen un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea", cuyos efectos se percibirán, advirtió, "en una década".

Entrevistado por los empresarios Javier Goñi (presidente de IDEA y gerente general de Ledesma) y Gastón Remy (presidente del coloquio y de la empresa Dow Argentina), Macri volvió a defender la política de gradualismo, al señalar que "hay que entender los tiempos de la sociedad", afirmó que más que las grandes empresas "las que generan más empleo son las Pymes" y sostuvo que hay que bajar "sistemáticamente el déficit fiscal para hacernos más sólidos, menos dependientes del crédito externo".

En un nuevo mensaje al sindicalismo, el mandatario advirtió que "al trabajo no lo defendemos si seguimos levantando "conquistas" en contra de la productividad", ya que con ese criterio, cuestionó, el país tiene "uno de los porcentajes más altos del mundo en informalidad".

El jefe de Estado reclamó a los empresarios que "asuman su liderazgo, de verdad, con el coraje que significa opinar, denunciar" porque advirtió "no podemos aceptar más la extorsión, nadie puede quedarse callado si alguien lo está extorsionando, ante la competencia desleal o la corrupción".

En ese marco, Macri ponderó el rol de las pequeñas y medianas empresas en la formación de empleo y dijo que el gobierno está empeñado en "remover esta carrera de obstáculos autodestructiva que ha tenido la Argentina" a partir de las leyes Pyme, la SAS y la "modernización del Estado", al tiempo que pidió al empresariado que asuma "su rol fundamental" para la "capacitación de 1,5 millones de personas en oficios" basados en "la tecnología del siglo XXI".

Macri advirtió ante empresarios que en los próximos dos años "el desafío no es un problema de modelo económico" sino que "es un cambio cultural" y señaló la necesidad de "reafirmar los valores que nos trajeron nuestros abuelos, la cultura del trabajo, que el esfuerzo dignifica, son cosas básicas que el populismo fue alterando en la cabeza de la sociedad y puso en crisis", en una nueva crítica a su antecesora y candidata a senadora, Cristina Fernández, aunque sin mencionarla. En el plano político pidió que el peronismo "se aggiorne", "se modernice" y de un "debate interno". De igual modo, adelantó que va insistir con la reforma electoral para "simplificar" la política.

"La política intoxicó a la Justicia"


Mauricio Macri destacó ayer la independencia de la Justicia brasileña, en la que "no importa" si se investiga a "presidentes o expresidentes", y señaló que a eso debe aspirar su país, donde el Poder Judicial tiene en la gente un "nivel de descrédito" que le "duele". Para el jefe de Estado, en el país vecino "no hay especulación política de a ver quién va a ganar" y, a la hora de investigar, "no les importa" si son "presidentes, expresidentes o lo que sea".

"Eso es a lo que tenemos que aspirar todos (...) Y cuanto más poderoso más le tiene que caer el peso de la ley si la viola", añadió.

Durante su intervención en el Coloquio de IDEA, Macri opinó que "lamentablemente" la política argentina de los últimos 30 años "intoxicó la justicia", y "hay que volver a separar las cosas".

"Brasil está cosechando una reforma que hizo en la forma de designar los jueces hace 15 o 20 años. Acá tenemos que sembrar, eligiendo en cada concurso a los mejores de la terna, del sistema o la sociedad", aseveró, para considerar que los jueces no tienen que ser "amigos" de los políticos, sino de la ley y "ser orgullosos de que la sociedad los respete".