Dos años después de haber suspendido el servicio por pedido de los kelpers, LATAM reanudará el próximo 2 de julio sus vuelos entre Santiago, en Chile, y las islas Malvinas, con escala en Punta Arenas. Ese día un avión irá y volverá como lo hacía todos los sábados desde 1999, y el segundo sábado de mes hará escala en Río Gallegos, es decir, el 9 de Julio, Día de la Independencia.

Los vuelos se habían interrumpido con el estallido de la pandemia de coronavirus.

Desde entonces las islas estaban desconectadas de Sudamérica, ya que también se suspendió el vuelo negociado por el gobierno de Mauricio Macri que en 2019 empezó a unir San Pablo, Brasil, con Mount Pleasant, y una escala mensual en la ciudad de Córdoba. Difícilmente este se reanudará por ahora.

Los isleños sólo quedaron con un vuelo semanal al Reino Unido que maneja la Royal Air Force.

Llama la atención, igualmente, que la reanudación de los vuelos sea luego de que pasaran todas las fechas conmemorativas por los 40 años de la Guerra de Malvinas, un aniversario que suele generar una peregrinación de argentinos entre el 2 de abril y el 14 de junio.

Desde marzo de este año, el gobierno argentino, a través de Cancillería, reclamaba al Reino Unido que restablezca la conexión aérea con las Islas Malvinas, suspendida desde marzo de 2020, por restricciones en el marco del inicio de la pandemia de covid.

En un comunicado, el ministerio conducido por Santiago Cafiero había solicitado entonces que volviera a funcionar "el servicio regular directo" con Punta Arenas, en Chile, con dos escalas mensuales en Río Gallegos, en la provincia de Santa Cruz, vuelos frecuentes antes del servicio.

"Con el fin de profundizar la conexión con las Islas, desde 2020, el Gobierno argentino viene proponiendo al Reino Unido el restablecimiento de servicios aéreos regulares directos entre el territorio continental argentino y las Islas Malvinas operados por empresas argentinas", insistía Cancillería.

La cartera de Cafiero consignaba entonces haber ofrecido en diciembre del 2021 "dos vuelos humanitarios desde el territorio continental argentino, con línea de bandera nacional, a las islas Malvinas para atender la situación de desconexión aérea, a efectos de transportar residentes en las Islas Malvinas que necesiten viajar a otros destinos".

El objetivo de dichos ofrecimientos eran que los isleños pudieran "atender trámites personales o visitar familiares", aunque aquel planteo no fue aceptado por Reino Unido.