Con la incertidumbre como única certeza, hoy unos 35 millones de argentinos irán a las urnas para elegir un nuevo presidente en 40 años de democracia con cinco candidatos en carrera pero con un antecedente claro de tres tercios que sorprendió en las PASO y con un clima de tensa expectativa en los mercados alrededor de si será necesario o no el balotaje para definir al próximo jefe de Estado. O Javier Milei vuelve a patear el tablero y gana en primera vuelta y sorprende como lo hizo en las PASO.

El nuevo presidente tomará el próximo 10 de diciembre las riendas de un país cuya economía atraviesa una grave crisis, marcada por una inflación de tres dígitos, la inestabilidad de su moneda y una creciente pobreza.

Este combo hace aún mayor el desafío de un diagnóstico para hoy ya que el desencanto de la gente con los políticos, más allá de inclinar el voto hacia una figura que no representa a los partidos tradicionales, un "outsider", como el libertario Javier Milei, también ahuyentó a los sufragantes que hicieron crecer los porcentajes de abstención a niveles preocupantes.

En la previa de la votación que definirá quiénes serán los sucesores de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner, la atención está puesta en cuánto respaldo en las urnas tendrán Javier Milei de La Libertad Avanza (LA), Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio (JxC), Sergio Massa, de Unión por la Patria (UxP), Myriam Bregman del Frente de Izquierda y Juan Schiaretti de Hacemos por Nuestro País.

Es que, de acuerdo a cuáles sean los resultados, la Argentina podría elegir a su próximo presidente en la segunda vuelta, programada para el 19 de noviembre. Así lo establece la ley electoral en caso de que hoy ningún postulante alcance el 45% de los votos o ante la posibilidad de que el candidato más votado supere los 40 puntos pero no logre un 10% de diferencia con el que salió segundo. Si así fuese se trataría de la segunda vez en la historia del país en que un mandatario resulta electo en segunda vuelta: sólo ocurrió en el 2015, cuando Mauricio Macri terminó imponiéndose sobre Daniel Scioli.

En las PASO de agosto último, Milei obtuvo el 29,8% de los sufragios, Bullrich sumó 28% (con la suma de los votos de su contrincante en la interna Horacio Rodríguez Larreta) y Massa alcanzó el 27,2% (con los apoyos recibidos por Juan Grabois).

Javier Milei mantiene encendida la mecha y hasta llegó a pronosticar que gana en primera vuelta. Un actor de reparto en la carrera electoral hasta hace sólo unos meses, el incendiario comentarista de TV de 52 años revolucionó el ecosistema político local y dice estar preparado para hacer historia con un gobierno ultraliberal. Además de promover la dolarización de la economía o privatizar la educación, en una campaña agresiva y colorida, que ha incluido la promesa de "prender fuego" el Banco Central como también el uso de una motosierra en actos para ilustrar sus planes de recorte de gastos, ha prendido la llama de la esperanza entre millones de argentinos -mayormente jóvenes- enojados con la crisis persistente.

La candidata de centroderecha Patricia Bullrich se encuentra en una posición incómoda: es una férrea opositora al Gobierno peronista-kirchnerista, pero no tan extrema como Milei como para capitalizar todo el descontento generado por la crisis económica en Argentina. Por eso, su propuesta de estabilizar la economía y ordenar el país si gana las elecciones presidenciales asoman moderadas para la porción de la población más golpeada. Para Bullrich la pendiente parece más elevada, ya que sus duras propuestas de terminar con la intervención del Estado en los mercados y de combatir férreamente el delito enfrentan iniciativas más radicales de Milei como dolarizar la economía y eliminar el Banco Central.

Por su parte, el ministro de Economía y candidato de UxP, Sergio Massa, llega al día D con una titánica tarea por delante: convencer al electorado de que lo vote a presidente en medio de una crisis financiera con una inflación del 138% anual. Con el objetivo de conseguir suficientes votos para alcanzar el balotaje, el peronista liberal aplicó en los últimos meses rebajas de impuestos y beneficios sociales que pretenden revertir el malhumor de la población por la situación económica, aunque esto ahonda el galopante déficit. De todos modos, Massa llega acunado por los principales grupos empresariales del país y todo el arco del sindicalismo argentino a su disposición, desde la CGT, las dos CTA hasta las organizaciones sociales. Todo esto supone un poder de movilización clave para sumar votos.

Además de presidente y vice, en los comicios generales de hoy se elegirá a 130 diputados nacionales y 24 senadores nacionales en ocho provincias. Además, se elige gobernador en las provincias de Buenos Aires, Catamarca y Entre Ríos. Y jefe de Gobierno porteño en la ciudad de Buenos Aires.

¿Se quiebra el bipartidismo legislativo?

Con la renovación de 130 de las 257 bancas de la Cámara de Diputados y de 24 de los 72 asientos del Senado, el Congreso redefine en las elecciones de hoy el tablero político, en un escenario clave para la gobernabilidad de la futura administración.

En la Cámara alta, ninguna de las dos fuerzas mayoritarias, el oficialista Frente de Todos (FdT) y el opositor Juntos por el Cambio (JxC), ostenta la mayoría y la aparición de un nuevo actor político, La Libertad Avanza (LLA) de Javier Milei, busca romper el histórico predominio bipartidista.

Los interbloques del FdT y de JxC arriesgarán casi un tercio de sus bancas aunque JxC es la fuerza que mayor número pondrá en juego, 11 en total, mientras que el Frente de Todos arriesgará nueve.

El interbloque opositor tiene 33 bancas mientras que el oficialismo tiene 31. Con este escenario, y teniendo en cuenta el resultado de las PASO, el oficialismo podría sumar una banca a las nueve que pone en juego, mientras que JxC se quedaría sólo con 5 de las 11 que arriesga y LLA de Milei pasaría a tener representación en la Cámara con ocho bancas.

En Diputados, en tanto, se renuevan 130 de las 257 bancas. El FdT -ahora Unión por la Patria (UxP)- pone en juego 68 de sus 118 legisladores y Juntos por el Cambio, 55 de sus 117.

Los libertarios (3), la Izquierda (4) y el Movimiento Popular Neuquino (1), no ponen en juego ninguna banca, ya que mantienen las que obtuvieron en 2021. Si LLA sostiene las cifras de agosto, sumará 39 escaños y se quedará con 42.

Si hay crecimiento libertario, UP y JxC quedarán lejos del quorum. Ambas coaliciones admiten que, si no son gobierno, será difícil la unidad parlamentaria. De ese modo, la proliferación de fuerzas será mayor.