Desde el 1 de septiembre próximo, la ANSeS aplicará un incremento de las jubilaciones y demás prestaciones sociales de 6,68% y restablecerá las asignaciones familiares para trabajadores de "zonas desfavorables".

"El valor de la movilidad prevista en el artículo 1° de la Ley N° 27.160 y sus modificatorias, correspondiente al septiembre de 2018, es de 6,68%", indicó el ente previsional en el Boletín Oficial.

Con este nuevo incremento, los jubilados y demás beneficiarios de prestaciones sociales acumularán en 12 meses un incremento de 19,2 por ciento. Pero, a pesar del aumento, los haberes previsionales perdieron un 10% de poder adquisitivo el último año.

Según el último informe del Indec, correspondiente a julio, la inflación acumulada en los primeros siete meses de 2018 alcanzó 19,6%, por encima de la suba de jubilaciones acumulada en doce meses. Y en términos interanuales el aumento de precios, según el ente estadístico, sumó un 31,2 por ciento.

De esta forma, un haber de $10.000, aplicado el incremento de 19,2% en el último año, será a partir de septiembre de 11.920 pesos. Si el mismo hubiera aumentado conforme a la inflación (31,2%), sería de 13.120 pesos. La diferencia entre 11.920 y 13.120 es de 1.200 pesos o un 10,1 por ciento.

Este atraso en la recomposición del poder de compra de las prestaciones obedece a la fórmula de movilidad jubilatoria aprobada por el Congreso el pasado 19 de diciembre que, básicamente, permite que los haberes obtengan una mejora en términos reales cuando hay una desaceleración de la inflación, pues se ajusta por inflación pasada.

Eso ocurrió en buena medida en 2017: el año finalizó con una inflación acumulada de 24,8% (según INDEC), frente a 40,3% de 2016 (IPC Congreso). Pero este año los precios descarrilaron. Con la corrida cambiaria por el desarme de LEBAC, que significó un aumento del dólar del 63% en lo que va de 2018, más la continuidad del esquema de alzas de combustibles, tarifas y otros precios regulados, la inflación se disparó más allá de las previsiones oficiales y pulverizó las cuestionadas metas del BCRA.

Ahora la tasa anualizada de inflación se acomoda cerca de 32%, el límite estipulado en el acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional, unos ocho puntos por encima del año pasado. Cuando el índice de precios se acelera, las jubilaciones pierden poder adquisitivo, pues se actualizan según una fórmula combinada de inflación y aumentos salariales de meses anteriores.

Para el aumento vigente desde septiembre, la ANSeS hizo el cálculo en base a la fórmula de movilidad que combina la evolución de los salarios y de la inflación del primer trimestre del año (enero, febrero y marzo).

La movilidad jubilatoria se determina en un 70% por las variaciones del Nivel General del Índice de Precios al Consumidor elaborado por el INDEC y en 30% por el coeficiente que surge de la variación de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE). Así, el aumento de 6,68% que se aplica a partir de septiembre, cuando se perciban los haberes de agosto, corresponde a la evolución de los componentes de la fórmula en el primer trimestre de 2018, con un rezago de cinco meses, en los que la tasa de inflación fue en ascenso.

Fuente: Infobae