México vivió ayer 45 minutos de máxima tensión, cuando un avión fue secuestrado por un fanático religioso bajo la amenaza de hacer estallar una bomba.
El vuelo con 104 pasajeros, que finalmente fueron liberados ilesos, procedía de Bolivia y había hecho una escala en la ciudad mexicana de Cancún antes de aterrizar en el aeropuerto del distrito federal de México.
Al aterrizar allí, la aeronave fue secuestrada bajo la amenaza de hacer explotar el avión. Fuerzas de seguridad de México tomaron el control del avión para reducir al secuestrador -en principio se creyó que eran ocho- y rescatar a las personas que aún permanecían en la aeronave, las cuales no llegaron a perder la calma.
El avión fue conducido a una zona del aeropuerto, diseñada para naves que sufren amenazas de bomba, y fue rodeado por efectivos de la Policía Federal y el Ejército, con ametralladoras, escudos antibalas, un helicóptero y varias camionetas.
El Gobierno mexicano informó que un hombre de nacionalidad boliviana llamado Josmar Flores Pereira fue detenido ayer como presunto responsable del secuestro del vuelo 576 de Aeroméxico, que duró unos 45 minutos.
El detenido, que en Bolivia estuvo en prisión por asalto a mano armada, amenazó en la tarde con hacer estallar unos explosivos si no era atendido por el presidente del país, Felipe Calderón.
Flores Pereira, adicto a las drogas y el alcohol, vivía en Oaxaca (México) y aseguró ser pastor evangelista. Hace cinco días, salió hacia Cancún para participar en una actividad religiosa.
Flores Pereira dijo que en pleno vuelo tuvo "una revelación divina que le condujo a esa acción", explicó el ministro mexicano de Salud. El detenido señaló que ayer fue día 9, del mes 9, del 2009 y que si volteaba la hoja, esta fecha se podía leer como 6, 6, 6 (número del diablo según algunas supersticiones).
El secuestrado explicó que interpretó estas cifras como la amenaza de que sucedería un fuerte terremoto por lo que quiso tomar el control de la nave.
El secuestrador quería que la aeronave diera siete vueltas alrededor del aeropuerto y ser recibido posteriormente por Calderón.
Josmar Flores tiene una página web, con un testimonio impactante de cómo Dios lo rescató" de la cocaína y el alcohol. Tras la acción, en la que no se disparó ningún arma ni provocó heridas, las autoridades aseguraron que nunca hubo un explosivo en la aeronave.