La Academia de las Ciencias de Suecia anunció este lunes a los estadounidenses Paul Milgrom y Robert Wilson como ganadores del Premio Nobel de Economía, por sus investigaciones sobre la teoría de subastas.

Las autoridades suecas sostuvieron que Milgrom y Wilson, de 72 y 83 años, mejoraron la teoría de subastas, una rama de la teoría de juegos, utilizada en la asignación de frecuencias de telecomunicaciones, como la 5G. “No solo clarificaron cómo funcionan las subastas y por qué los compradores se comportan de cierta forma, sino que usaron sus descubrimientos teóricos para inventar formatos completamente nuevos para la venta de bienes y servicios”, destacó la Academia.

Wilson demostró por qué los ofertantes racionales tienden a colocar sus ofertas por debajo de su mejor estimación del valor común: les preocupa la maldición del ganador, es decir, pagar demasiado y salir perdiendo. Por su parte, Milgrom, formuló una teoría más general de las subastas que no sólo permite valores comunes, sino también valores privados que varían de un licitador a otro.

Los ganadores inventaron nuevos formatos para subastar muchos objetos interrelacionados simultáneamente, en nombre de un vendedor motivado por un amplio beneficio social en lugar de un máximo de ingresos. En 1994, las autoridades estadounidenses comenzaron a utilizar estos nuevos formatos para vender frecuencias de radio a los operadores de telecomunicaciones. Desde entonces, muchos otros países han seguido el ejemplo.

“Los laureados de este año en Ciencias Económicas comenzaron con la teoría fundamental y luego utilizaron sus resultados en aplicaciones prácticas, que se han extendido a nivel mundial. Sus descubrimientos son de gran beneficio para la sociedad”, resaltó Peter Fredriksson, presidente del Comité del Premio.

Los dos economistas, ambos profesores de Stanford, también han trabajado en los mecanismos de asignación de las franjas horarias de aterrizaje en los aeropuertos.

El nombre oficial del galardón es el Premio Sveriges Riksbank (banco central de Suecia) en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, ya que técnicamente no es un Premio Nobel, al no haber sido instaurado por el inventor, pero se lo considera como tal.

En 2019 fueron premiados la franco-estadounidense Esther Duflo y los norteamericanos Abhijit Banerjee y Michael Kremer por sus trabajos para reducir la pobreza en el mundo.

Hasta el momento, el premio Nobel de Economía siempre ha sido el más fácil de adivinar, y este año se volvió a cumplir con el perfil habitual: un hombre mayor de 55 años y norteamericano. En los últimos 20 años, tres cuartos de los ganadores se corresponden con esa descripción. La edad promedio de los ganadores es superior a los 65 años, la más elevada de los seis premios otorgados.

Si una mujer se hubiese llevado el premio este lunes, 2020 habría igualado el récord de 2009 cuando cinco mujeres recibieron el galardón. El número de mujeres que reciben este reconocimiento ha aumentado desde comienzos del siglo XXI, pero desde 1901 solo se otorga un Nobel a una mujer por cada 20 ganadores.

Pese a que es el premio más prestigioso para un investigador en economía, el premio no ha adquirido el mismo rango que las disciplinas elegidas por Alfred Nobel en su testamento fundacional (medicina, física, química, paz y literatura). De hecho, su detractores se burlan de él como un “falso Nobel” que representa en exceso a los economistas ortodoxos y liberales.

El galardón cerró la cosecha de este año que el viernes otorgó el prestigioso premio de la Paz al Programa Mundial de Alimentos, el organismo de la ONU para la lucha contra el hambre. El jueves, la poeta estadounidense Louise Glück se alzó con el de Literatura. Además de la estadounidense Andrea Ghez, co-ganadora del de Física el martes, dos mujeres han entrado en la historia de los Nobel por su descubrimiento de las “tijeras genéticas”. La francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer Doudna se convirtieron en el primer dúo 100% femenino en ganar un Nobel científico.

Los premiados, que comparten poco más de un millón de euros por cada disciplina, recibirán este año su reconocimiento en su país de residencia, debido al coronavirus.