Tom Dumoulin se convirtió antes de ayer en el primer holandés en ganar el Giro de Italia, un hito histórico para el ciclismo de su país, que no subía a la cima del podio en una de las tres "grandes' desde que en 1980 Joop Zoetemelk se impuso en el Tour de Francia.


Hace dos años una descompensación por el esfuerzo lo dejó fuera de la disputa de una Vuelta de España que lideró hasta la última etapa. Cayó del puesto de privilegio al sexto lugar en las sierras madrileñas, cuando no quedaba nada para completar la carrera y los escaladores, Chris Froome y "Purito' Rodríguez, lo atacaron sin piedad.


Aquella amarga experiencia supuso un aprendizaje impagable. El escozor y la rabia se transformaron en conclusiones positivas, mezcladas con una evolución física muy destacable. Con dotes para la crono, sabía que había que mejorar en montaña.


En 2016 Dumoulin tuvo éxitos y contratiempos. En la ciudad holandesa de Apeldoorn ganó el prólogo del Giro y se puso por primera la malla rosa, pero seis días después debió abandonar por una lesión. 


En el Tour de Francia, su fuerza se demostró con su victoria en dos etapas. Una fue la considerada reina, de Andorra Arcalis, y la otra una crono individual. En esa "ronda gala" sufrió una caída y se fracturó la muñeca de su brazo izquierdo. Quedaban tres semanas para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y no se amilanó. Corrió lesionado y colgó de su cuello la medalla de plata en la crono. Sólo un grande, el suizo, Fabián Cancellara logró superarlo.


Nacido hace 26 años en Maastrich en un hogar futbolero, deporte que abrazó en su niñez, inicio su idilio con el ciclismo en edad juvenil. Tenía pretensiones elevadas con la pelota en los pies, pero al ver que su evolución no era la esperada decidió buscar otra actividad para probar y, sobre todo, divertirse. Unas cuantas salidas con sus amigos en bici le convencieron de que el ciclismo era su nuevo deporte.


Sus condiciones físicas y una voluntad de hierro fue el germen para que, rápidamente, se convirtiera en una figura del ciclismo holandés en edad juvenil. No escaparon sus facultades a la mirada de los técnicos de la cantera del Rabobank, que enseguida le pusieron un contrato para firmar.


Muchos lo comparan con el español Miguel Indurain, quien ganó su primer Tour de Francia a los 27 años. De 1,86 metros y 73 kilogramos, este flaco tranquilo y sencillo logró antes de ayer en el Giro de Italia, darle un giro a su vida y a la historia del ciclismo metiéndose de lleno en el juego grande de las carreras de tres semanas.

Dumolin marca diferencias con sus tremendas condiciones físicas. Muchas ya lo comparan con el español Miguel Indurain.