En el ajedrez nunca el peón puede convertirse en rey. Como máximo, cuando corona la octava casilla, se transforma en dama. Lo que no ocurre en el deporte-ciencia, se dio en el ciclismo. Marcelo Frías, nacido el 4 de septiembre de 1948 en Villa Corral, Calingasta, pero vecino ilustre de La Bebida, desde 1960 cuando se radicó en la casa de una tía para terminar la escuela primaria, lo consiguió: ganó dos Doble Calingasta (1972 y "73) abriendo huecos decisivos descendiendo El Tambolar. "Había un secreto, yo trabajaba en Vialidad Nacional cuando se pavimentó ese tramo de la Ruta 12 y entrenaba todos los días, bajando y subiendo desde la Isla del Sauce a Pachaco", explica el hombre que era un buen rodador y que se caracterizó por ser uno de los mejores gregarios de la época dorada del pelotón.

Hace cuatro meses, Marcelo sufrió la amputación de su pierna izquierda, como consecuencia de una diabetes que se metió cruelmente en su organismo hace una decena de años. "Dicen que fue emocional porque sentí mucho la muerte de mi padre", acotó quien cuando dejó de correr en bicicleta se dedicó a viajar en moto. "Me encanta la moto y mi señora (Olga Esther Cortez) me seguía la corriente así que íbamos a distintos puntos de la provincia", explicó.

Frías, socio fundador del Cicles Club La Bebida ("cuando éramos subcomisión de ciclismo de la Unión Vecinal") será homenajeado hoy por su club. Emilio Bortolozzi, amigo personal y presidente de la institución, lo visitará en su casa de calle Comercio al 1998 para hacerle entrega de una ayuda monetaria y comentarle que están iniciando los trámites para conseguirle una prótesis.

Marcelo Frías ganó pocas carreras entre los federados, las dos "Calingasta" y una Doble Mogna, pero se dio el gusto de competir y ser compañeros de los grandes de los años "70. "Mi ídolo era el Payo (Antonio Matesevach) y con él y Cacho (Arturo Orlando) Bustos compartí muy lindos momentos", afirmó. Luego de ganar la Doble Calingasta de 1972, con la publicidad de Gili Electricidad, acordó con León Abecasis, propietario de GEA, sumarse al equipo de la firma y junto a Marcelo e Hipólito Chancay, Aurelio Femenía y Ernesto "Pollo" Fernández, fueron los auténticos y famosos "Bichos verdes". Después, entre 1975 y 78 corrió en Maravilla. Algo así como River y Boca de la época.

"Antes de la incursión del club La Bebida los premios a los ciclistas se les pagaban a 30 y 60 días" (contó Bortolozzi). El titular del club afirmó luego que fue Marcelo Frías quien insistió y logró que "su" club los pagara apenas concluida la carrera. Algo inédito para la época.------ Epigrafe Inicio ------
 

Descubrimiento

Para todo el mundo ciclista, incluido Oscar Vega Mestre, relator de Radio Colón en la época dorada, Marcelo Frías era oriundo de La Bebida. En la visita realizada ayer a su casa, por este cronista y quien relatara sus dos victorias consagratorias, salió a la luz que es nacido y criado en Calingasta. De Villa Corral y que llegó al pago rivadaviense a los 12 años.

Marcelo que también escribe y es autor de la letra de varias tonadas, entre ellas de "Mi niña bonita" que canta el grupo Raíces de Cuyo, es padre de Belén (43 años), Juan (41), Abel (38), Julio (32) y Celina (28).

Las Doble Calingasta

Los dos triunfos en "La Clásica"

Marcelo debutó entre los Federados en la Doble Barreal de 1971 con la camiseta de "Tinglados Muriel". En 1972, cuando ganó su primera Doble Calingasta corría con la camiseta de "Gili Electricidad". En esa carrera llegó escapado a Calingasta con Manuel Guerrero, Andrés Saavedra y Miguel Fernández. Cuando pegó "el palo" en El Tambolar, de regreso, lo acompañaron Carlos Escudero, Fernández y Luis Rojo. "Bajando el Cerro Blanco quedamos Escudero y yo. Como a mí me alcanzaba con el tiempo a mi favor, casi dos minutos, arreglé con Carlos que la etapa era para él y tiramos juntos".

La segunda Doble Calingasta, en 1973 la historia fue parecida por el "golpe" en el promontorio que quedará bajo las aguas del futuro dique Tambolar-Caracoles. "Nos vinimos con Marcelo (Chancay) y el cordobés Raúl Pirello, si llegábamos los tres Pirello nos mataba embalando, así que lo ataqué frente al Palomar "bajando" por 25 de Mayo. Me tocaba pasar a tirar a mí y me la jugué, Marcelo se quedó a rueda del cordobés y entré al velódromo con casi media cuadra de ventaja".