San Lorenzo arrancó apenas como una brisa en su debut en la Superliga, pero terminó como un Ciclón. Salió a la cancha dormido y perdía por dos goles desde el arranque contra un Tigre furioso, pero supo reaccionar a tiempo para empatarlo e incluso pudo llevarse algo más. 

Terminó igualando 2-2 en un partido que debe servirle a Biaggio para ajustar las clavijas de su equipo pensando en lo que viene, pero que también le da argumentos para crecer.

La presión alta que le imprimió el Lobo Ledesma a su equipo en los primeros minutos fue letal. Tigre se comió la mitad de la cancha y así llegaron los primeros dos goles. El 1-0, volea implacable de Menossi a un ángulo y el segundo, Fede González, luego de una mala salida de Nico Navarro.